Que hacer después de un atracón puede sentirse como una montaña enorme para escalar. A menudo, la culpa, la vergüenza y la decepción son tan intensas que es difícil incluso empezar a procesar lo que ha ocurrido. Es crucial recordar que un atracón no es un fallo de voluntad o una falta de control. Es una respuesta compleja a menudo impulsada por emociones, estrés, ansiedad o problemas subyacentes. Entender esto es el primer paso para recuperarse y evitar que vuelva a suceder. No te castigues; date la misma compasión y comprensión que le darías a un amigo que pasa por un momento difícil. Reconoce que has afrontado algo difícil y que ahora puedes empezar a construir soluciones. El objetivo no es eliminar el recuerdo del atracón, sino aprender a gestionarlo y a prevenir futuros episodios.
Permítete Sentir y Validar tus Emociones
Es fundamental reconocer y validar tus emociones después de un atracón. No intentes reprimir lo que sientes. La culpa, la vergüenza y la decepción son reacciones normales. Permítete sentir esas emociones sin juzgarte. Díselo en voz alta: «Me siento culpable», «Me siento avergonzado», «Me siento decepcionado». Escribir un diario puede ser una excelente manera de procesar tus sentimientos y entender qué los desencadena. La autocompasión es clave. Recuerda que todos cometemos errores, y que un solo episodio no define tu vida. Permítete tener un día de descanso emocional, sin presionarte para «arreglar» la situación inmediatamente. En lugar de pensar «Debo ser fuerte», piensa «Es normal sentirme así y estoy trabajando para mejorar».
Evita el Aislamiento y Busca Apoyo
Después de un atracón, la tendencia natural puede ser la de aislarte del mundo. Sin embargo, este comportamiento puede intensificar los sentimientos negativos y dificultar el proceso de recuperación. Intenta contactar a un amigo de confianza, un familiar o alguien con quien te sientas cómodo hablando. Compartir tus experiencias, incluso si es difícil, puede aliviar la carga emocional y brindarte una perspectiva diferente. Si no tienes a nadie cercano con quien hablar, considera un grupo de apoyo para personas que han experimentado atracones. Encontrar una comunidad que te comprenda puede ser invaluable. Si sientes que necesitas ayuda profesional, no dudes en buscar un terapeuta o consejero. Ellos están capacitados para ayudarte a desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y a abordar las causas subyacentes de tus atracones.
Identifica los Desencadenantes y Patrones

Una vez que hayas permitido sentir tus emociones y buscado apoyo, es hora de examinar qué pudo haber llevado al atracón. Intenta identificar los desencadenantes, que pueden ser factores emocionales (estrés, ansiedad, tristeza), ambientales (situaciones específicas, lugares) o incluso patrones de pensamiento negativos («Tendré que ceder eventualmente»). Llevar un diario de tus atracones, anotando lo que estabas sintiendo, pensando y haciendo antes de comer en exceso, puede ayudarte a identificar patrones. Pregúntate: ¿Estaba pasando por un momento de mucho estrés? ¿Estaba sintiendo una gran tristeza o soledad? ¿Estaba usando la comida como una forma de distraerme de mis problemas? Al comprender tus desencadenantes, podrás desarrollar estrategias para prevenirlos o manejarlos de manera más efectiva.
Establece Metas Realistas y Celebra los Pequeños Éxitos
Cambiar hábitos alimenticios lleva tiempo y requiere paciencia. No intentes cambiar todo de la noche a la mañana. Establece metas pequeñas y alcanzables. Empezar con algo como «comer tres comidas saludables al día» o «brindar por qué no comer más de X por semana» puede ser un buen comienzo. En lugar de enfocarte en «dejar de comer todo lo que quiero», concéntrate en «hacer elecciones más saludables». Celebrar cada pequeño éxito, sin importar lo pequeño que sea, te animará a seguir adelante. Recompénsate con algo que disfrutes (que no sea comida!) como un baño relajante, un paseo por la naturaleza o leer un libro. Creer en ti mismo y en tu capacidad para lograr tus objetivos es fundamental para el éxito a largo plazo.
Enfócate en Hábitos Saludables y el Autocuidado
Incorporar hábitos saludables en tu vida es esencial para prevenir futuros atracones. Asegúrate de comer regularmente, con comidas nutritivas y equilibradas. Planea tus comidas y refrigerios para evitar la sensación de hambre extrema. Bebe mucha agua y mantente activo físicamente. El ejercicio puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, que a menudo contribuyen a los atracones. Prioriza el autocuidado, lo que incluye dormir lo suficiente, tomar tiempo para relajarte y hacer cosas que disfrutes. El autocuidado no es un lujo, es una necesidad para tu bienestar físico y mental.
Busca Ayuda Profesional si es Necesario
Finalmente, es importante recordar que no tienes que pasar por esto solo. Si tus atracones son frecuentes, intensos o si están afectando negativamente tu vida, busca ayuda profesional. Un terapeuta, psicólogo o nutricionista pueden brindarte el apoyo y la orientación que necesitas para superar este desafío. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia dialéctica conductual (TDC) son dos tipos de terapia que pueden ser muy efectivas para tratar los atracones. No tengas miedo de pedir ayuda, ya que buscar apoyo es una señal de fortaleza, no de debilidad.