Beneficio de la Velocidad: Más Lejos Corriendo Rápido

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Creado por Alfonso Aguilar

Durante mucho tiempo, la idea dominante en el mundo del running de larga distancia ha sido que la resistencia, la capacidad de mantener un ritmo constante durante horas, era la clave para el éxito. Sin embargo, un creciente cuerpo de evidencia científica está desafiando esta noción, revelando un beneficio de la velocidad mucho más significativo en carreras de maratones y ultramaratones. La nueva perspectiva se centra en la capacidad de los corredores para mantener una alta velocidad, no simplemente en la capacidad de aguantar un ritmo constante, y esto está transformando la forma en que los atletas y entrenadores abordan esta disciplina. El objetivo no es simplemente llegar al final, sino hacerlo de la manera más eficiente y, sorprendentemente, más rápido. La aceleración inicial y la capacidad de mantener una cadencia elevada durante la carrera son ahora reconocidas como factores cruciales para alcanzar distancias mayores.

La Ciencia Detrás de la Eficiencia de Velocidad

La idea de que correr rápido te permite correr más lejos puede parecer contraintuitiva. Después de todo, ¿no se supone que necesitas resistencia para aguantar el esfuerzo? Sin embargo, cuando descomponemos el proceso de correr, se revela que la velocidad juega un papel fundamental. El estudio de la biomecánica y la fisiología del running ha demostrado consistentemente que al aumentar la frecuencia de pasos – la cantidad de pasos que da un corredor por minuto – se reduce drástorialmente el gasto energético por unidad de distancia. Esto se debe a que el cuerpo gasta menos energía para cubrir una cierta distancia cuando se mueve a una velocidad más rápida, en comparación con un ritmo más lento. El principal impulsor de este fenómeno es la optimización del ciclo de carrera, permitiendo una transmisión más eficiente de la potencia y minimizando la necesidad de recurrir a reservas de energía anaeróbicas. En esencia, correr más rápido permite al cuerpo emplear sus recursos energéticos de manera más inteligente y sostenible.

El Papel de la Grasa como Combustible

La eficiencia de la velocidad no solo reside en una mayor economía de energía, sino también en la utilización más efectiva de las fuentes de combustible. Al correr a una velocidad más alta, el cuerpo puede aprovechar mejor la grasa como fuente de energía. La grasa es una fuente de energía mucho más abundante que los carbohidratos, y al mantener una cadencia elevada, se utiliza una cantidad proporcionalmente mayor de grasa en comparación con un ritmo constante. Esto es especialmente importante en carreras de larga distancia, donde el cuerpo puede agotar sus reservas de glucógenos – la forma de almacenamiento de glucosa – con relativa rapidez. Al priorizar el uso de la grasa, los corredores pueden garantizar una sostenibilidad energética a largo plazo, lo que se traduce directamente en la capacidad de mantener la velocidad y, por lo tanto, cubrir una distancia mayor. Esta transformación en la utilización de combustibles es una pieza clave del rompecabezas del beneficio de la velocidad.

La Importancia de la Cadencia y la Técnica

Corredor solitario en paisaje sereno y amplio

Si bien la velocidad por sí sola puede parecer una métrica descontrolada, la clave para su aplicación exitosa reside en la combinación con la técnica y la cadencia. Una alta cadencia, típicamente entre 170 y 180 pasos por minuto para corredores de larga distancia, no solo reduce el impacto, sino que también mejora la eficiencia del movimiento. Una técnica de carrera adecuada, incluyendo una postura erguida, un movimiento de brazos coordinado y una pisada suave, contribuye a un ritmo más eficiente. Al optimizar la cadencia y la técnica en conjunto, el corredor puede maximizar el beneficio de la velocidad y minimizar el riesgo de lesiones. Es un equilibrio delicado, y la atención a los detalles es fundamental.

Evitando la Fatiga Previa: Los Peligros de la Resistencia Pura

Aunque la resistencia es sin duda importante, enfocarse únicamente en mantener un ritmo constante puede ser contraproducente. A medida que el cuerpo se agota de glucógeno, la eficiencia disminuye, y la fatiga prematura se vuelve más probable. El beneficio de la velocidad radica en la capacidad de evitar esta situación. Al mantener una cadencia alta, los corredores pueden preservar sus reservas de glucógeno por más tiempo, lo que permite que su sistema aeróbico funcione de manera óptima y, por lo tanto, les proporcione la energía necesaria para continuar corriendo a una velocidad elevada. Intentar mantener un ritmo constante a partir de un nivel de fatiga es mucho más difícil y menos eficiente que comenzar la carrera con una cadencia alta y mantenerla.

Conclusión

La evidencia acumulada sobre el beneficio de la velocidad en carreras de larga distancia está cambiando radicalmente la perspectiva. Ya no se trata simplemente de resistir al esfuerzo; se trata de correr rápido, de manera eficiente, utilizando la grasa como un combustible sostenido y optimizando la técnica de carrera. Al abrazar esta nueva comprensión, los corredores pueden desbloquear un mayor potencial de distancia y experimentar una experiencia de carrera más efectiva y gratificante. La clave reside en la velocidad, entendida como la optimización de la frecuencia de pasos y el ritmo, como un componente crítico para alcanzar objetivos de larga distancia.