Las alergias pueden ser un auténtico desafío para quienes las padecen, impactando significativamente su calidad de vida. Desde reacciones leves como irritación en la piel hasta situaciones graves que ponen en peligro la vida, las alergias pueden manifestarse de diversas maneras y afectar a diferentes sistemas del cuerpo.
Afortunadamente, existe una terapia efectiva conocida como inmunoterapia con alérgenos, que ofrece a los pacientes una oportunidad real para controlar sus síntomas o incluso alcanzar la remisión en casos más exitosos. Este tratamiento se enfoca en «entrenar» al sistema inmune para que tolere gradualmente los alérgenos que suelen desencadenar reacciones adversas.
Este artículo profundizará en el proceso de la inmunoterapia con alérgenos, exploring sus mecanismos de acción, las vías de administración (como las vacunas de la alergia intramuscular o subcutánea), el protocolo de tratamiento y los aspectos importantes que se deben considerar antes de embarcarse en este tipo de terapia.
¿Cómo funciona la inmunoterapia con alérgenos?
La inmunoterapia con alérgenos, también conocida como terapia de desensibilización, se basa en la exposición controlada e incremenetal a los alérgenos específicos del paciente.
El objetivo es lograr que el sistema inmune desarrolle una tolerancia al alergeno, reduciendo gradualmente su capacidad para generar una respuesta exagerada y desencadenar síntomas alérgicos.
Este proceso se logra mediante la administración gradual de dosis crecientes del alérgeno (inicialmente en cantidades muy pequeñas y aumentando progresivamente a medida que el cuerpo tolera)
Las inyecciones se realizan generalmente bajo la piel (intratérmicas o subcutáneas), pero también existen gotas sublinguales para ciertas alergias, como las al polen.
Esta terapia modifica gradualmente la respuesta del sistema inmune al alérgeno específico.
Tipos de inmunoterapia con alérgenos
Existen dos métodos principales para administrar inmunoterapia con alérgenos: vía intramuscular e intravenosa (VI). La elección del método dependerá del tipo de alergia y de las preferencias individuales del paciente.
Las vacunas de la alergia intramuscular o subcutánea están ampliamente utilizadas debido a su eficacia, seguridad y relativamente bajo costo en comparación con otros tratamientos alérgicos como el uso de inmunoglobulinas. Estas inyecciones se pueden administrar semanalmente o cada dos semanas, según la gravedad de la alergia y la respuesta del paciente.
La vía intramuscular implica la inyección directamente en el músculo, mientras que la vía subcutánea se realiza debajo del tejido cutáneo. Ambas vías son seguras y efectivas para la inmunoterapia con alérgenos, pero la subcutánea es generalmente preferible debido a su menor riesgo de reacciones adversas.
Preparación y administración de las inyecciones
La preparación y administración de las vacunas de la alergia intramuscular o subcutánea requieren un protocolo estricto que debe ser realizado por personal médico capacitado. Las vacunas se conservan en refrigeradores específicos para mantener su eficacia, y el proceso de reconstitución del medicamento también es crítico para asegurar una dosis precisa.
El paciente debe proporcionar información detallada sobre su historial médico, alergias y medicamentos que está tomando al inmunólogo o especialista responsable de la terapia. El profesional de la salud evaluará los riesgos y beneficios del tratamiento y determinará la dosis adecuada para cada individuo.
Efectos secundarios y control durante el proceso
Las reacciones adversas a las vacunas de la alergia intramuscular o subcutánea suelen ser leves, como enrojecimiento, dolor o inflamación en la zona de la inyección.
Sin embargo, es crucial que los pacientes permanezcan bajo supervisión médica durante al menos 30 minutos después de cada administración para detectar posibles reacciones graves, como el shock anafiláctico.
En caso de experimentar picazón, sudoración, dificultad para respirar o sensación de desvanecimiento, se debe informar inmediatamente a un profesional médico para recibir atención inmediata.
Factores a considerar antes del tratamiento
La inmunoterapia con alérgenos no es adecuada para todos los pacientes. Existen ciertas condiciones médicas que contraindicarían este tratamiento.
Por ejemplo, las personas con asma grave o enfermedades autoinmunes deben consultar con su médico para evaluar si la terapia es segura para ellas.
Es importante realizar un diagnóstico preciso de la alergia antes de comenzar la inmunoterapia. Un alergólogo puede realizar pruebas cutáneas y/o de sangre para determinar los alérgenos específicos que están desencadenando los síntomas del paciente.
El tiempo de duración del tratamiento varía considerablemente, generalmente se extiende durante varios años para lograr una tolerancia duradera al alérgeno.
Conclusión
La inmunoterapia con alérgenos ofrece una posibilidad real para controlar y mejorar significativamente la calidad de vida a las personas que sufren de alergias.
Las vacunas de la alergia intramuscular o subcutánea son un método eficaz para administrar este tratamiento, reduciendo gradualmente la respuesta del sistema inmune al alérgeno.
Sin embargo, es crucial destacar que la inmunoterapia con alérgenos debe ser realizada bajo la supervisión estricta de un médico especialista.
Este profesional evaluará cuidadosamente el historial médico del paciente, los síntomas y riesgos potenciales para determinar si este tratamiento es adecuado. El seguimiento constante durante todo el proceso de terapia asegura la seguridad y eficacia del tratamiento. Y permite una reducción significativa en los síntomas alérgicos y mejora la salud general de los pacientes
El problema de las alergias

Las alergias son un trastorno del sistema inmune que se caracteriza por una respuesta exagerada o inapropiada a sustancias generalmente inofensivas, conocidas como alérgenos. Estos alérgenos pueden ser diversos: pólen, ácaros del polvo, caspa de mascotas, alimentos específicos, insectos y medicamentos, entre otros.
Cuando una persona con alergia viene en contacto con un alérgeno al que es sensible, su sistema inmune lo identifica erróneamente como una amenaza grave. Esto desencadena una cascada de reacciones que culminan en los síntomas característicos de las alergias, como estornudos, picazón, tos, escurrimiento nasal, enrojecimiento de la piel, dificultad para respirar y, en casos graves, incluso anafilaxia, una reacción potencialmente mortal.
El número de personas con alergias se ha incrementado notablemente en las últimas décadas, lo que sugiere factores ambientales, genéticos o estilo de vida que podrían estar contribuyendo a este fenómeno. Se cree que la exposición temprana a alérgenos puede ser un factor que predispone a las personas a desarrollar alergias más tarde en la vida.
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Impacto del problema
Las alergias pueden tener un impacto considerable en la salud y el bienestar diario de los individuos afectados. Los síntomas recurrentes pueden interferir con la concentración, el sueño, la actividad física y las relaciones sociales. Las alergias también pueden afectar al trabajo, provocando ausentismo laboral o limitaciones en actividades específicas.
El costo económico debido a las alergias es significativo a nivel global, considerando los gastos médico-quirúrgicos, medicamentos, análisis e incapacidad laboral.
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La inmunoterapia como tratamiento
La inmunoterapia con alérgenos, también conocida como terapia de desensibilización, se ha establecido como el único tratamiento efectivo a largo plazo para las alergias.
A diferencia de los tratamientos sintomáticos que solo alivian los síntomas de manera temporal, la inmunoterapia tiene como objetivo modificar la respuesta del sistema inmune al alérgeno, induciendo una tolerancia gradual.
Durante el proceso de la inmunoterapia, se administra progresivamente pequeñas dosis del alérgeno al paciente, en un inicio a través de inyecciones (la forma más común) o sublingualmente mediante gotas o tabletas disueltas debajo de la lengua. Estas dosis se incrementan gradualmente con el tiempo para acostumbrar al sistema inmune del paciente a la presencia del alérgeno y reducir su reactividad.
Esta estrategia gradual ayuda a entrenar al sistema inmunológico para que reconozca al alérgeno como inofensivo y evitar una respuesta exagerada en futuras exposiciones.
Es importante destacar que la inmunoterapia requiere un compromiso a largo plazo con el tratamiento, ya que puede llevar varios años para lograr una tolerancia duradera. Sin embargo, una vez alcanzada esta tolerancia, los síntomas de alergia pueden disminuir o desaparecer por completo, mejorando significativamente la calidad de vida del paciente.
Administración subcutánea vs intramuscular
Tanto la administración subcutánea como la intramuscular son vías efectivas para administrar inmunoterapia con alérgenos, pero existen algunas diferencias clave entre ambas:
Administración Subcutánea:
- Inyección debajo de la piel en el tejido subcutáneo.
- Es más cómoda para el paciente, ya que generalmente produce menos dolor e inflamación en el lugar de la inyección.
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Menor riesgo de reacciones adversas graves, como dolor muscular o artralgia que se pueden presentar con la vía intramuscular.
Administración Intramuscular:
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Inyección directamente al músculo, típicamente en el glúteo o el muslo.
- Puede ser más rápida por necesitar un volumen menor de inyección
- Se administra en ciertos casos específicos, como alergias a sustancias viscosas o para alergenos que necesitan ser administrados en dosis mayores.
- Puede ser más rápida por necesitar un volumen menor de inyección
En la práctica clínica actual, la administración subcutánea de la inmunoterapia con alérgenos es más común debido a su mayor comodidad y seguridad para los pacientes. La elección entre ambas vías depende del tipo de alérgeno, las necesidades específicas del paciente y la preferencia del médico.
Procedimiento de inmunoterapia
El procedimiento de inmunoterapia con alérgenos generalmente se divide en dos fases:
Fase de construcción: Se administra progresivamente dosis crecientes (con incrementos semanales/diarios) del extracto alergénico durante un período que puede variar entre algunos meses a varios años. Las dosificaciones son ajustadas según la tolerancia del paciente. Se monitoriza al paciente para detectar posibles reacciones adversas locales o sistémicas durante cada sesión, debiendo abandonar se detiene el procedimiento si se presentan reacciones alérgicas graves.
Fase de mantenimiento:
Se administran dosis bajas (semanales/mensuales/trimestrales) del extracto alergénico para mantener la inmunología tolerante a largo plazo e impedir que vuelva a manifestarse la alergia. La duración de esta fase puede variar entre algunos años al seguimiento indefinido dependiendo del paciente y la gravedad de la alergia.
Es importante tener en cuenta que el proceso de inmunoterapia es personalizado, adaptado a las necesidades y características específicas de cada paciente.
Reacciones adversas y monitoreo médico

Durante la inmunoterapia con alérgenos, se pueden presentar reacciones adversas, que generalmente son leves y temporarias.
Reacciones Localizadas:
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Dolor, enrojecimiento, hinchazón o ampollas en el lugar de la inyección.
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Estas reacciónes suelen ser leves y desaparecen en unas horas o días.
Reacciones Sistémicas:
- Erupciones cutáneas, urticaria
- Malestar general, náuseas, fiebre
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Dificultad para respirar, síntomas anafilácticos (reacción alérgica severa que puede ser mortal)
Monitoreo Médico:
Es fundamental realizar un seguimiento médico estricto durante el procedimiento de inmunoterapia con alérgenos. Los pacientes deben ser evaluados por un alergólogo antes del tratamiento para determinar su aptitud y riesgo de reacciones adversas. Se recomienda:
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Visitas regulares al médico para evaluar la evolución del tratamiento, ajustar las dosis según sea necesario y monitorizar posibles reacciones adversas.
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En caso de observar cualquier signo o síntoma inusual, contactar al médico inmediatamente para recibir atención adecuada.
Protocolo de conservación y administración
El protocolo específico de conservación y administración del extracto alergénico varía dependiendo del tipo de alergeno y la forma farmacéutica (líquido, polvo)
Sin embargo, generalmente se deben seguir estas recomendaciones:
Conservación:
- Almacenamiento: Refrigeración en un lugar fresco, seco, protegido de la luz solar directa. Las instrucciones específicas de temperatura deberán estar reflejadas en el envase del preparado alergénico.
- Vigencia: Se debe verificar la fecha de caducidad impresa en el envase y no utilizar el extracto una vez haya pasado esta fecha.
Administración:
- Preparación: Se deben seguir cuidadosamente las instrucciones del fabricante para dilución, mezcla o reconstitución del extracto alergénico.
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Material estéril: Para prevenir infecciones, se debe usar agujas, jeringas y otros materiales estériles para la administración subcutánea o intramuscular.
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Profundidad de inyección:
En la técnica subcutánea, se inyecta en el tejido subcutáneo superficial (la capa de grasa debajo de la piel). En la muscular , debe insertarse la aguja a un mayor profundo en el músculo objetivo
El profesional sanitario que lleva a cabo la inmunoterapia es responsable de asegurar la correcta utilización de los materiales y técnicas de administración acorde con las recomendaciones del fabricante del extracto alergénico.
Efectos secundarios a considerar
Además de las reacciones adversas durante o inmediatamente después de la administración del alérgeno, existen otros efectos secundarios potenciales a tener en cuenta:
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Reacciones cruzadas:
Al exponerse a alérgenos similares pero no incluidos en el tratamiento, puede ocurrir una reacción similar a la alergia original.- Por ejemplo, un paciente tratado contra pólen de árboles puede reaccionar ante las proteínas de algunas frutas o frutos secos.
- Es crucial informar al médico de cualquier nueva exposición potencial a alergenos relacionados para evitar estos eventos inesperados.
Sintomas persistentes a largo plazo:
En casos extremadamente raros, la inmunoterapia podría resultar en síntomas persistentes como fatiga crónica, dolor articular y sensibilidad al frío que no se alivian con el tratamiento.
- Si se experimenta alguno de estos efectos después del tratamiento, es importante informar al médico para evaluar otras posibles causas o ajustar el manejo del caso.
Candidatos para la inmunoterapia
La inmunoterapia con alérgenos está indicada para personas con alergias moderadas a severas que no responden bien al tratamiento sintomático tradicional (antihistamínicos, corticoides), y con deseo de lograr una mejor calidad de vida a largo plazo.
Ciertos criterios suelen guiar la selección de los candidatos más apropiados:
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Diagnóstico preciso: Se debe realizar un diagnóstico preciso de alergia mediante pruebas cutáneas o de laboratorio.
- Severidad de los síntomas: Los pacientes deben experimentar síntomas alérgicos recurrentes e incapacitantes que afectan significativamente su calidad de vida diaria, trabajo, sueño o actividades sociales.
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Historia clínica: Se considera la historia médica personal del paciente, incluyendo otras afecciones crónicas, alergias a medicamentos y antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes
- Motivación y compromiso: Los pacientes deben estar comprometidos a seguir el tratamiento con rigor durante un periodo prolongado de tiempo.
Es fundamental que los candidatos potenciales para la inmunoterapia se consulten con un alergólogo experimentado para evaluar su situación individual y determinar si este tipo de tratamiento es adecuado en su caso.
Conclusiones
La inmunoterapia con alérgenos ofrece una alternativa eficaz y duradera a los tratamientos sintomáticos tradicionales para las alergias comunes.
Si bien es un proceso largo y multifacético que requiere compromiso por parte del paciente, la inmunoterapia puede brindar alivio significativo de los síntomas y mejorar significativamente la calidad de vida.
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La elección de la vía de administración (subcutánea o intramuscular), el protocolo de dosificación y la duración del tratamiento se basan en una evaluación individualizada por un especialista en alergia.
- Es crucial recordar que la inmunoterapia no es una cura definitiva, pero puede proporcionar una toleracía al alérgeno a largo plazo si se lleva a cabo correctamente bajo la supervisión médica adecuada.
Conclusión
La inmunoterapia con alérgenos representa una opción terapéutica eficaz para el manejo a largo plazo de las alergias, ofreciendo la posibilidad de lograr una tolerancia al alérgeno y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.