Flexibilidad y yoga: cinco posturas que liberan tu cuerpo

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Creado por Pedro Portillo

En la era moderna, muchas personas viven vidas aceleradas que priorizan el trabajo y otras actividades sobre el cuidado personal. Esta dinámica constante de movimiento puede llevar a una disminución en la flexibilidad y al aumento de la rigidez corporal. La falta de movilidad puede manifestarse como dolor, limitación en los gestos cotidianos e incluso afectar nuestra postura y bienestar general.

Para contrarrestar estos efectos, es fundamental incorporar prácticas que promuevan el estiramiento y la movilidad. El yoga se presenta como una opción ideal para lograr este objetivo, ya que se centra en la conexión entre cuerpo y mente a través de posturas que mejoran la flexibilidad, fortalecen los músculos y reducen el estrés. En este artículo exploraremos cinco posturas específicas de yoga que contribuyen a liberar tu cuerpo de rigideces y aumentar tu flexibilidad y yoga .

¿Qué es la flexibilidad y por qué es importante?

La flexibilidad se refiere a la capacidad del músculo para estirarse y moverse a través de un rango amplio de movimiento. Es una cualidad esencial para el bienestar físico, ya que permite realizar movimientos con facilidad, evitando lesiones y mejorando nuestra postura. A medida que envejecemos, la flexibilidad natural del cuerpo tiende a disminuir debido al desgaste y pérdida de masa muscular.

Manter gran flexibilidad a lo largo del tiempo no solo facilita las actividades cotidianas como ponerse zapatos o agacharse, sino que también puede prevenir o aliviar dolores musculares y articulares, promoviendo una mejor circulación sanguínea. Un rango de movimiento amplio contribuye a la eficiencia en los deportes, al mantener una postura corporal más correcta y facilitando el desarrollo muscular equilibrado.

Los beneficios del yoga para mejorar flexibilidad

El yoga es una práctica milenaria que combina posturas (asanas), respiración consciente (pranayama) y meditación. Es reconocida ampliamente por sus numerosos beneficios para la salud física y mental, incluyendo un aumento notable en la flexibilidad y yoga. El yoga se enfoca en el estiramiento gradual de los músculos a través del uso adecuado de la fuerza y la relajación, lo que proporciona una mayor amplitud de movimiento y reduce la rigidez.

La practica regular de asanas y ejercicios respiratorios del yoga puede ayudar a mejorar la flexibilidad en todo el cuerpo, desde las piernas hasta la espalda, cuello y hombros. Además, al ser un entrenamiento integral, el yoga también fortalece los músculos que sostienen el cuerpo, mejorando el equilibrio y la coordinación.

Cinco posturas de yoga para liberar tu cuerpo

Hay una gran variedad de posturas en el yoga. Cinco específicamente diseñadas para mejorar la flexibilidad y yoga son:

Prasarita Padottanasana (Gran ángulo)
Esta postura es un estiramiento profundo que se enfoca en las piernas, la espalda y los músculos del abdomen. Para realizarlo, te posicionas con los pies separados a una distancia mayor al ancho de tus caderas, las Palmas de la manos apoyadas contra tus muslos o sobre el suelo a ambos lados. Inclinarse hacia abajo hasta que tu pecho roce tus dos piernas. Mantén la espalda recta y alineada, relajando los hombros hacia abajo.

El gran ángulo te ayuda a extender los cuádriceps, isquiotibiales y las hamstrings, músculos que son particularmente propensos a la rigidez por el estilo de vida sedentario.

Los beneficios del yoga para la flexibilidad

Los beneficios del yoga para flexibilidad

El yoga va mucho más allá de simplemente estirar los músculos; es un entrenamiento holístico que promueve la conexión entre cuerpo y mente. A lo largo de las prácticas, se desarrollan capacidades físicas como el equilibrio, la fuerza muscular y la coordinación, pero su impacto en la flexibilidad y yoga es especialmente notable.

Las posturas del yoga, las cuales son un componente fundamental de dicha disciplina, están diseñadas para aumentar la amplitud de movimiento en cada articulación. El yoga no busca la extención forzada ni dolorosa; sino una progresión gradual que se adapta al nivel de individual e incluso a diferentes estructuras corporales.

Al realizar posturas del yoga con conciencia y respiración profunda, se puede llegar a estirar los músculos con suavidad, mejorando su elasticidad y disminuyendo la rigidez. Esta flexibilidad muscular, a su vez, permite un rango de movimiento más amplio, lo que facilita las actividades cotidianas, reduce el riesgo de lesiones y mejora la postura corporal.

Presentación de las 5 posturas

Una mujer practica yoga en paz y serenidad

Para liberar tu cuerpo de rigideces y mejorar tu flexibilidad y yoga, te presentaremos cinco posturas específicas que te ayudarán a estirar y fortalecer diferentes grupos musculares. Estas posturas son:

  • Prasarita Padottanasana (Gran ángulo): Un estiramiento profundo para las piernas, la espalda y el abdomen.

  • Ardha Kapotasana (Media paloma): Este asana se centra en flexibilidad de las caderas e isquiotibiales.

    • Uttanasana (Pinza): Una postura clásica que estira los músculos de la parte posterior del cuerpo, como la espalda lumbar y los isquiotibiales.
  • Ananda Balasana (Bebé feliz): Un asana relajante que amplía el pecho, estiramos la espalda baja y se alivia las tensiones en hombros.

  • Bhujangasana (Cobra): Se enfoca en la flexibilidad del pecho, la columna vertebral y los músculos de la parte posterior.

Cada una de estas posturas te llevará a explorar diferentes niveles de flexibilidad y te permitirá conectar con tu cuerpo de manera profunda.

Prasarita Padottanasana (gran ángulo)

Comienza en posición de pie, con los pies separados a una distancia mayor al ancho de tus caderas. Gira ligeramente los tobillos hacia afuera y mantén las rodillas ligeramente flexionadas. Extiende los brazos hacia arriba, estirando desde la coronilla hasta las puntas de los dedos. Inhala profundamente y levanta la barbilla para elongar el cuello.

Para entrar en la postura, exhala lentamente y comienza a inclinarte hacia adelante desde la cadera.

Mantén la espalda lo más recta posible, evitando que se curve o encorve demasiado. Las manos pueden apoyarse en diferentes áreas del cuerpo: sobre tus muslos, los bloques de yoga o tocar el suelo delante de ti. Si tus manos tocan el suelo, asegúrate de mantener los codos ligeramente flexionados y las muñecas alineadas con los hombros.

Respira profundamente durante varios ciclos de inhalación exhalación y observa cómo tu cuerpo se abre y estira. Puedes sentir la tensión en las piernas, espalda y cuello relajarse. Mantén la postura durante 5 respiraciones profundas o más, según tu nivel de flexibilidad.

Ardha Kapotasana (media paloma)

Ardha Kapotasana te ayuda a aumentar la flexibilidad en las caderas, los glúteos y los isquiostibiales. Comienza en el suelo en una postura de cuatro patas. Da un paso hacia adelante con tu pierna derecha, colocando el antepié a unos 90 grados frente a tu cuerpo. La rodilla izquierda estará flexionada ligeramente, apuntando hacia atrás, y la pierna izquierda permanecerá extendida con el pie apoyado en el suelo.

Alineando tus hombros sobre las caderas y manteniendo la espalda recta, acerca las palmas de las manos hacia la pared o cerca del antepié de tu pierna derecha. Inhala profundamente para elongar la columna vertebral. Exhala y comienza a deslizarte hacia adelante con la parte superior de tu cuerpo. Te puedes apoyar en los codos para ayudar con la transición.

Si te sientes muy rígido puedes utilizar bloques bajo las caderas o debajo del antebrazo para suavizar la postura. Mantén esta posición durante 5 respiraciones profundas, inhalando y exhalando conscientemente. Repite el proceso en el otro lado.

Uttanasana (pinza)

Upttanasana es un asana clásico que estira profundamente los músculos de la parte posterior del cuerpo como los isquiotibiales y la espalda lumbar. Comienza en posición de pie, con los pies separados a la distancia del ancho de tus caderas. Mantén las rodillas ligeramente flexionadas y los brazos junto al cuerpo. Inhala mientras extiendes las manos hacia el cielo y luego exhala y inclínate hacia adelante desde la cadera, manteniendo la espalda lo más recta posible.

A medida que te inclinas, puedes dejar caer tu cabeza y pecho hacia adelante o mantener el cuello ligeramente elevado si eso se siente mejor. Coloca las palmas de las manos en el suelo delante y cerca de los pies. Si no puedes alcanzar el suelo con las manos, puedes apoyarte en bloques de yoga u otra superficie elevada. Respira profundamente para estirar la espalda, los isquiotibiales y la parte delantera de los femures. Mantén esta postura durante 5 a 10 respiraciones profundas, inhalando y exhalando lenta y conscientemente.

Ananda Balasana (bebé feliz)

Ananda Balasana (bebè feliz)

Un bebé sonriente y tranquilo disfruta de un momento de paz

Ananda Balasana es un asana suave y relajante que amplía el pecho, estira la espalda baja y alivia las tensiones en los hombros. Si bien su nombre evoca una postura infantil, esta postura se utiliza para calmar la mente tanto como para beneficiar al cuerpo.

Comienza en posición de cuatro patas sobre el suelo. Separa tus manos a la distancia de los hombros y las rodillas a la distancia de las caderas. Exhala y lleva tu pierna derecha hacia la pared lateral del torso, intentando que tu rodilla toque las manos e incluso acercando tu talón al tronco si es posible.

A continuación, dobla la segunda pierna en el mismo espacio, dejando tus rodillas hacia un lado. Siéntate sobre los calcanhares o los tobillos, y extiende un poco el cuerpo hacia adelante con cada inhalación para afianzar las conexiones entre espalda baja e isquios, buscando la comodidad dentro de esa tensión.

Mantén la postura durante 5 a 10 respiraciones profundas, relajando tu rostro y hombros. Repite del otro lado para equilibrar en ambas direcciones.

Bhujangasana (cobra)

Bhujangasana, conocida como «postura de cobra», es una postura que fortalece la espalda, abre el pecho e incrementa la flexibilidad del pecho y los músculos abdominales.

Comeza tumbado boca abajo con las manos directamente debajo del pecho, con los codos cerca al cuerpo, e imagina que tu columna vertebral es un arco que se quiere elevar. Inhala profundamente y empuja hacia arriba a través de tus manos, elevando suavemente el centro de tu espalda desde la región torácica. Contrae los músculos del abdomen para mantener el movimiento controlado y evitar dolor en la espalda inferior.

Mantén los hombros relajados y alejados de las orejas. No te exijas levantar la cabeza demasiado lejos del suelo, solo busca que se alinee con la columna vertebral. Vuelve a la posición inicial por medio de una exhalación controlada y repeti el movimiento.

Mantén cada postura durante 5 respiraciones profundas e incluso más si te sientes cómodo.

Cómo realizar las posturas con seguridad

Aquí hay algunos consejos para realizar las posturas con seguridad:

Escucha a tu cuerpo: No empujes tus límites demasiado lejos, especialmente al principio. Detente si sientes dolor agudo y modifícalas según necesites.

Calentamiento: Realiza unos minutos de calentamiento antes de empezar con las posturas. Puedes caminar, hacer círculos con los brazos y piernas o estiramientos dinámicos simples.
Respiración: La respiración es fundamental en el yoga. Inhala profundamente durante la fase de expansión y exhala lentamente mientras contraes.

Alineación: Si es posible, trabaja con un instructor experimentado que pueda guiarte sobre la alineación correcta en cada postura. Un buen alineamiento previene lesiones y maximiza los beneficios.

Modifications: Existen modificaciones para todas las posturas. No te limites a realizarlas de una manera rígida; ajusta el tipo de bloqueo, apoya tus pies o usa bloques para adaptar la dificultad a tu nivel.

Tiempo: Dedica tiempo a cada postura. La idea no es apresurarte, sino que observes cómo tu cuerpo se siente, respiras y disfrutes del proceso.


Recuerda, la clave está en escuchar tu cuerpo, avanzar gradualmente y disfrutar del viaje. Si experimentas alguna lesión o molestia persistente, busca consejo médico antes de continuar con el yoga.

Adaptando las posturas a tu nivel de flexibilidad

Adaptar las posturas al nivel de flexibilidad individual es crucial para disfrutara del yoga sin sufrir lesiones.

Aquí cómo puedes modificar las posturas:

1. Bloques: Los bloques son tus mejores amigos! Te ayudan a alcanzar la posición correcta y disminuir la tensión excesiva en articulaciones como rodillas, caderas y hombros. Colócalos debajo de las manos, pies o incluso pecho para ajustar la profundidad de la postura.

2. Cambiando la distancia entre los pies: Si te resulta difícil un estiramiento profundo de espalda o piernas, amplía la distancia entre los pies en posturas como Uttanasana. Esto disminuirá el esfuerzo sobre las articulaciones y permitirá una mayor flexibilidad gradual.

3. Modificaciones para caderas:

  • Usar almohadas o pelotas debajo del piñón en Ardha Matsyendrasana (half lord of the fishes pose) para aliviar la presión en las pelvis.
  • Mantener las rodillas separadas con los brazos apoyados al frente en posturas que involucran flexión de rodilla.

4. Posturas en contracción: Si eres rigido, no te desanimes! Hay muchas variaciones y combinaciones con menos flexibilidad requerida.

  • Cobra (Bhujangasana): Reduce el elevación del torso si la espalda se siente tensa.

Recuerda: El yoga es un viaje individual. No hay prisa. Escucha a tu cuerpo, respeta sus límites y celebra cada avance.

Complementar una dieta vegana con suplementos puede ser crucial para asegurar un suministro adecuado de nutrientes esenciales. Desde vitaminas como la B12, D y el hierro, hasta minerales como calcio y omega-3, los suplementos alimenticios para personas que no comen pueden ayudar a cubrir las necesidades nutricionales específicas de quienes optan por este estilo de vida. Buscar productos veganos certificados y de calidad es fundamental para asegurar una absorción óptima y evitar deficiencias, contribuyendo así a una dieta rica en nutrientes y un bienestar general mejorado.

Consejos para un mejor rendimiento

Aquí tienes algunos consejos para mejorar tu rendimiento en el yoga:

1. Conexión plena con la respiración: La respiración es esencial en el yoga. Enfócate en inhalar profundamente a través de la nariz y exhalar lentamente por la boca. Utiliza tu respiración para sincronizar los movimientos, profundizando cada vez más con cada ciclo.

2. Alimenta adecuadamente tus sesiones: Consumir una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras te dará la energía necesaria para realizar las posturas con mayor intensidad. Evita ingerir comidas pesadas o abundantes justo antes de la práctica.
3. Practica con regularidad: La constancia es clave para mejorar tu flexibilidad, fuerza y equilibrio. Intenta hacer yoga al menos 3 veces por semana para mantener una progresión gradual y constante.

4. Escucha a tu cuerpo: Es importante prestar atención a las sensaciones de tu cuerpo durante la práctica. Si sientes dolor, no te fuerces; modifica la postura o descansa cuando sea necesario.

  • Calienta correctamente: Dedica unos minutos al inicio de cada sesión para calentar los músculos con movimientos suaves y estiramientos dinámicos.

    6. Sé paciente y amable contigo mismo: El yoga es un proceso continuo de aprendizaje y autodescubrimiento. No te compares contigo mismo de hace unos meses o con otras personas en la clase. Céntrate en tu propio recorrido y celebra tus logros, por pequeños que sean.

Estas recomendaciones pueden ayudarte a aumentar la calidad y eficiencia de tu práctica.

Conclusión

El yoga es un camino hacia el bienestar que ofrece una variedad de beneficios para la salud física, mental y emocional.

Al aprender a realizar las posturas de manera segura y adaptándolas a nuestro nivel de flexibilidad, podemos convertir este viaje en una experiencia gratificante. La clave está en escuchar a nuestro cuerpo, conectar con nuestra respiración y disfrutar del proceso.

En el camino del yoga, recuerda ser paciente, amable contigo mismo y celebrar cada pequeño avance.

Namaste.