Un Kilo De Grasa Y Un Kilo De Músculo: ¿Cuál Quiema Más?

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Creado por Mayte Molla

En la jornada hacia un estilo de vida saludable, una pregunta recurrente surge en la mente de muchos: ¿Es mejor eliminar grasa o ganar músculo para activar la quema de calorías? Esta interrogante se centra en el fascinante campo del metabolismo y la relación entre el tejido muscular y graso.

Para comprender mejor este proceso, nos embarcaremos en un viaje a través de los mecanismos que rigen la combustión calórica en nuestro cuerpo. Exploraremos las características clave de un kilo de grasa y un kilo de músculo, analizando cómo cada tipo de tejido influye en la energía que gastamos, tanto en reposo como durante la actividad física.

La Meca del Metabolismo: El Papel Central Del Músculo

La tasa metabólica del músculo vs. el tejido graso

Un factor crucial para determinar la cantidad de energía que quemamos es nuestra tasa metabólica, la velocidad a la que nuestro cuerpo utiliza calorías para realizar funciones básicas como respirar, digerir alimentos y mantener la temperatura corporal. En este contexto, la masa muscular emerge como un jugador clave debido a su mayor capacidad para quemar energía en comparación con el tejido graso.

El músculo es un tejido altamente activo que requiere una gran cantidad de energía para funcionar. Incluso en reposo, las células musculares gastan calorías para mantener sus funciones metabólicas internas, un proceso conocido como gasto calórico basal. En contraste, el tejido graso, a pesar de su tamaño y densidad, tiene una actividad metabólica mucho menor. Esto significa que un kilo de músculo quema varias veces más calorías en reposo que **un kilo de grasa.

Por ejemplo, se estima que las células musculares pueden gastar alrededor de 12 kcal por kilogramo de peso muscular al día en reposo, mientras que el tejido graso quema solo entre 3 y 5 kcal por kilogramo. Esta diferencia significativa en la tasa metabólica explica por qué un individuo con mayor masa muscular quemará más calorías en un día, incluso sin realizar ejercicio físico.

Influencia del gasto calórico en reposo

El gasto calórico basal, o el número de calorías que nuestro cuerpo quema solo para mantenerse funcionando (respiración, circulación sanguínea, regulación de temperatura, etc.) es fundamental al evaluar el impacto de la masa muscular versus la grasa.

Como se mencionó anteriormente, un kilo de músculo tiene una tasa metabólica mucho mayor que un kilo de grasa, lo cual significa que un individuo musculoso quema más calorías incluso cuando está en reposo.

Este aumento del gasto calórico basal se traduce en una diferencia significativa a largo plazo. Imaginemos dos personas con el mismo peso pero distinta composición corporal: una con mayor masa muscular y otra con mayor porcentaje de grasa. La persona con más músculo quemará un número mayor de calorías en reposo, lo que puede contribuir a la pérdida o mantenimiento de peso a pesar de consumir la misma cantidad de calorías.

Este punto es especialmente importante para comprender el efecto del entrenamiento y el esfuerzo físico en el metabolismo: aunque la actividad física multiplica el gasto calórico, es fundamental tener una base metabólica sólida, que se consigue con un mayor porcentaje de masa muscular.

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Factores que afectan al gasto calórico muscular

El fuego consume grasa y músculo, transformando energía

El gasto calórico muscular no es estático; varía en función de diversos factores intrínsecos y extrínsecos, lo cual implica que cada persona quema calorías de manera diferente.

1- Composición Corporal: Como hemos visto, la cantidad de músculo en un individuo tiene un impacto directo en su tasa metabólica. Una mayor proporción de masa muscular se asociará a un gasto calórico basal más elevado.

2- Metabolismo Basal: Este valor varía entre personas debido a factores genéticos y hormonales. Algunas personas tienen naturalmente un metabolismo más acelerado que otras, lo que influye en la cantidad de calorías que queman incluso sin actividad física.

3- Actividad Física: El ejercicio, por supuesto, aumenta significativamente el gasto calórico muscular. La intensidad y duración de la sesión impactan directamente en la cantidad de calorías quemadas. Actividades como correr, levantar pesas o practicar deportes intensivos marcan una diferencia notable con respecto a actividades cotidianas.

4- Nivel de Entrenamiento: Las personas entrenadas tienen un mayor número de mitocondrias (las «centrales energéticas» celular) lo cual aumenta su capacidad para quemar calorías. Esto se traduce en una tasa metabólica más alta, incluso durante el descanso o actividades de baja intensidad.

Adaptaciones metabólicas por la ganancia de masa muscular

Ganar masa muscular no solo implica un aumento visible en nuestro físico, sino que también induce una serie de adaptaciones metabólicas clave que potencian nuestra capacidad para quemar calorías.

1. Mejora Mitocondrial: El entrenamiento de fuerza estimula la síntesis de nuevas mitocondrias dentro del tejido muscular, haciéndolo más eficiente en la producción de energía.

Al tener más «centrales» energéticas, las células musculares pueden convertir los nutrientes en ATP (la moneda energética celular) con mayor rapidez y precisión, lo que lleva a un aumento en el gasto calórico general.

2. Mayor Almacenamiento de Glucógeno: El músculo también almacena glucosa como glucógeno, una reserva inmediata de energía que se libera rápidamente cuando es necesario.

A medida que se aumenta la masa muscular, se incrementa también la capacidad del cuerpo para almacenar glucógeno, lo cual proporciona otra herramienta para aumentar el gasto calórico durante el ejercicio y en reposo.

3. Uso De Grasas como Energía: La masa muscular tiene una mayor capacidad para utilizar las grasas como fuente de energía durante la actividad física y en periodos prolongados de ayuno.

Este fenómeno se debe a un conjunto de cambios hormonales y metabólicos que ocurren al entrenar, lo cual permite que el cuerpo se vuelva más eficiente utilizando las reservas de grasa para generar energía.

Gasto calórico durante la actividad física

Si bien el gasto calórico en reposo es importante, el ejercicio físico multiplica significativamente la cantidad de calorías que quemamos.

Diversidad de Actividades:

El tipo de actividad influye directamente en el número de calorías gastadas. Actividades como correr, nadar o ciclismo de alta intensidad queman más calorías que caminatas suaves o yoga.

Intensidad del Ejercicio: Una sesión de entrenamiento más intensa consumirá más energía que una de baja intensidad. El aumento del corazón, ritmo respiratorio y esfuerzos musculares se traducen en un mayor gasto calórico.

Duración del Entrenamiento:

Cuanto más tiempo dure la actividad física, mayores serán las calorías quemadas. Incluso actividades aparentemente suaves como caminar durante una hora pueden generar un consumo calórico considerable.

Integrar la actividad física a nuestro día a día, incluso con pequeños cambios como tomar las escaleras o caminar unos minutos al mediodía, puede contribuir de manera significativa a aumentar el gasto calórico total.

Estrategias para aumentar el gasto calórico muscular a través del entrenamiento y la dieta

La transformación física se refleja en cada detalle

  1. Entrenamiento con Maniobras de Fuerza: Priorizar ejercicios como sentadillas, press de banca, pesos muertos y dominadas te ayudará a construir masa muscular magra más eficientemente que el entrenamiento cardiovascular solo.

  2. Aumento Progresivo de Peso: Aumenta gradualmente el peso que levantas en cada sesión para desafiar a tus músculos y estimular su crecimiento.

  3. Variedad en los Ejercicios:

Diversifica tu rutina con ejercicios compuestos (que trabajan varios grupos musculares al mismo tiempo) y aislados (que se centran en un músculo específico) para obtener un desarrollo muscular integral.

  1. Descanso Reparador: Asegúrate de dar a tus músculos tiempo suficiente para recuperarse después de los entrenamientos intensos. Un mínimo de 48 horas de descanso entre sesiones cardiovasculares y un día completo de recuperación muscular semanal son esenciales.

  2. Consumo Proteico Adecuado:Consume suficientes proteínas (alrededor de 1,6 gramos por kilo de peso corporal) para proporcionar a tu cuerpo los bloques de construcción necesarios para el crecimiento muscular.

  3. Dieta Calórica Ajuste: Asegúrate de consumir suficientes calorías para apoyar la construcción muscular (alrededor de 250-500 calorías más que tus necesidades diarias).

Impacto positivo de la masa muscular en la salud metabólica

Aumentar la masa muscular tiene un impacto positivo en la salud metabólica trasciendiendo el simple aspecto estético.

1. Mayor Sensibilidad a la Insulin: Las personas con mayor masa muscular tienen una mejor sensibilidad a la insulina, lo que significa que su cuerpo utiliza glucosa de manera más eficiente para obtener energía y controla los niveles de azúcar en sangre.

2. Menor Risiko de Enfermedades Cardiovasculares:
Al aumentar la sensibilidad a la insulina, se reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, hipertensción arterial y enfermedades cardiovasculares.

3. Aumento del Metabolismo Basál: La masa muscular quema más calorías incluso en reposo en comparación con el tejido graso.
Esto significa que una mayor cantidad de músculo ayuda a mantener un metabolismo activo e incrementar la quema de calorías diaria.
4. Control del Peso Corporal: Al aumentar el gasto calórico y mejorar la sensibilidad a la insulina, se facilita una mejor gestión del peso corporal.

  1. Mayor Fuerza y Estabilidad:

A medida que aumenta la masa muscular, la fuerza física y la estabilidad se incrementan, mejorando la calidad de vida y reduciendo el riesgo de caídas y lesiones.

Un mayor músculo no solo mejora nuestra figura, sino que también optimiza nuestro sistema metabólico y nos protege contra diversas enfermedades crónicas.

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Conclusión

Es evidente que la masa muscular juega un papel crucial para una salud metabólica óptima.

Construir músculo a través de entrenamiento de fuerza adecuado, consumir suficiente proteína y mantener una dieta calórica adecuada, impactará positivamente en nuestro bienestar general.

Se incrementa el metabolismo basal, se mejora la sensibilidad a la insulina (disminuyendo el riesgo de diabetes tipo 2), se aumenta la energía y se genera un impacto positivo en nuestra salud cardiovascular.

Por lo tanto, fomentar una mayor masa muscular no solo es clave para lucir física bien proporcionada, sino que también ofrece múltiples beneficios para una vida más saludable, dinámica y con menor riesgo de enfermedades crónicas.