GAPS: ¿Qué es esa dieta para el intestino-cerebro?

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Creado por Rosa Montero

El bienestar no se limita a un solo aspecto de nuestra existencia, sino que está intrínsecamente ligado a la conexión entre nuestro cuerpo y mente. La creciente investigación en neurociencias ha descubierto una fascinante red de comunicación entre el intestino y el cerebro, conocida como eje intestino-cerebro. Este sistema influye en diversos procesos como la digestión, la respuesta al estrés, el estado de ánimo y hasta la capacidad cognitiva.

En este contexto surge la dieta GAPS, un enfoque nutricional que busca mejorar la salud mental y emocional a través del control y la restauración del equilibrio intestinal. En este artículo queremos profundizar en los conceptos centrales de la dieta GAPS, analizando su principios, metodología y las controversias que la rodean. A lo largo del texto abordaremos qué es esa dieta para el intestino-cerebro, cuáles son sus fundamentos, cómo se aplica, sus beneficios potenciales y riesgos asociados.

Las Bases de la Dieta GAPS

La dieta GAPS (Gut and Psychology Syndrome), creada por la neuróloga Natasha Campbell-Mcbride, está diseñada para tratar el Síndrome Psico-intestinal (o SPIS). Este síndrome describe una serie de síntomas que afectan tanto a la salud física como mental, incluyendo malestar digestivo, ansiedad, depresión, fatiga y problemas de concentración. La hipótesis central de la dieta GAPS es que estos síntomas se originan en un desequilibrio en la flora intestinal.

La teoría subyacente a la dieta propone que los alimentos procesados, las sustancias químicas artificiales, el estrés crónico y algunos factores genéticos pueden dañar la barrera intestinal, permitiendo que bacterias «no deseables» pasen al torrente sanguíneo. Esta situación desencadena un proceso inflamatorio sistémico que afecta el sistema nervioso central, manifestándose en los síntomas del SPIS.

Eliminando los «Actores Antagónicos»

La dieta GAPS se basa en una fuerte restricción de ciertos alimentos considerados «provocantes» para la salud gastrointestinal y mental. La lista prohibida incluye:

  • Granos: Cereales refinados como el trigo, el arroz blanco y el maíz
  • Carbohidratos refinados: Azúcar, dulces, productos horneados con harinas refinadas
  • Azúcares: Cualquier tipo de azúcar añadido, incluyendo el agave y edulcorantes artificiales

Las razones para eliminar estos alimentos son diversas. Se cree que los granos y los carbohidratos refinados pueden alimentar bacterias nocivas en el intestino, mientras que los azúcares promueven la inflamación y desestabilizan la flora intestinal.

Recibiendo a los «Amigos del Intestino»

Para restaurar el equilibrio intestinal, la dieta GAPS prioriza el consumo de alimentos fermentados y ricos en nutrientes, considerados como aliados para la salud microbiota. Algunos ejemplos son:

  • Alimentos fermentados: Yogurt natural sin azúcar, kefir, sauerkraut (chucrut) e kimchi
  • Proteínas: Carnes rojas magras, pescado azul, pollo orgánico, huevos
  • Verduras no amiláceas: Brócoli, espinacas, coliflor y calabacín (en su forma cruda o ligeramente cocidas al vapor)
  • Grasas saludables: Aceite de coco, aceite de oliva virgen extra

Estos alimentos proporcionan nutrientes esenciales que alimentan las bacterias beneficiosas del intestino, fortaleciendo la barrera intestinal y mejorando la absorción de nutrientes.

La Fase de Reintroducción: Una Caminata Cautelosa

La dieta GAPS se divide en dos fases principales:

  • Fase Inicial: Con una duración recomendada de hasta dos años, esta fase implica una estricta eliminación de los alimentos «provocantes» mencionados anteriormente.
    El objetivo es permitir que el intestino se recupere y re-establezca un estado saludable.

  • Fase 2: Una vez completada la primera fase, se recomienda una reintroducción progresiva de algunos alimentos del grupo restringido, observando con atención las reacciones del cuerpo. Esto permite identificar posibles sensibilidad alimentaria y disfrutar nuevamente de una variedad más amplia de alimentos.

El proceso de reintroduccion es gradual y personalizado, ya que cada persona puede tener diferentes respuestas a los alimentos. Es fundamental realizarlo bajo la supervisión de un profesional cualificado (médico o nutricionista) para asegurar una transición segura y eficaz.

Conexiones Precarias: Evidencia Científica y Críticas

Si bien el concepto de la dieta GAPS reconoce la conexión intestino-cerebro, es importante destacar que gaps que es aún falta evidencia científica contundente que respalde todos sus afirmaciones. Las investigaciones sobre el SPIS se encuentran en una etapa inicial y requieren estudios más rigurosos para determinar la eficacia de la dieta GAPS como tratamiento eficaz.

Además, la dieta presenta ciertas limitaciones y controversias.

  • Restricción excesiva: La eliminación estricta de grupos completos de alimentos puede llevar a deficiencias nutricionales si no se planifica adecuadamente.

    • Afirmaciones erróneas: Algunos de los argumentos utilizados para justificar la dieta GAPS carecen de respaldo científico sólido y se basan en información anecdótica o estudios sin una metodología rigurosa.

      • Enfoco comercial: La dieta GAPS ha generado un mercado extenso de productos relacionados, como suplementos y programas de entrenamiento, lo que puede generar conflictos de interés y sesgar la información disponible.

Conclusiones

La dieta GAPS ofrece un enfoque alternativo para abordar los síntomas del SPIS, basada en el principio de mejorar el bienestar a través del control intestinal. Sin embargo, es crucial recordar que gaps que es una dietas restrictivas como ésta deben implementarse bajo la supervisión profesional y con precaución. Se recomienda consultar con un médico o nutricionista para evaluar los riesgos y beneficios de la dieta GAPS en tu caso específico. Finalmente, es fundamental mantener una postura crítica frente a las afirmaciones dietarias sin evidencia científica sólida y priorizar información proveniente de fuentes confiables y acreditadas.

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¿Qué es el Síndrome psico-intestinal?

Bienestar holístico y felicidad

El Síndrome Psico-intestinal (SPIS), también conocido como Eje Intestino-Cerebro, es un conjunto complejo de síntomas que afectan tanto a la salud física como mental. Es una condición multifactorial cuya raíz se encuentra en la disfunción de la comunicación entre el sistema digestivo y el sistema nervioso central.

El SPIS no se limita a simples dolencias estomacales. Se caracteriza por una amplia gama de síntomas, que pueden variar en intensidad y presentación entre las personas. Algunos de los más comunes incluyen:

  • Dolor abdominal: Puede ser crónico o agudo, localizado en diferentes áreas del abdomen y asociado con cambios en el patrón de evacuación intestinal.
  • Problemas digestivos: Diarrea, estreñimiento alternante o iregularidades en la frecuencia bowel movimientos .

Inflamación crónica del intestino que puede manifestarse con malestar abdominal persistente.

  • Disturbios emocionales: Ansiedad, depresión, irritabilidad, cambios de humor y dificultad para concentrarse.
    Las experiencias traumáticas, el estrés crónico y las emociones negativas pueden exacerbar los síntomas del SPIS.

Más allá del Dolor Abdominal

El SPIS puede tener consecuencias importantes en la calidad de vida de las personas afectadas. Los síntomas persistentes pueden interferir con la capacidad para realizar actividades cotidianas, afectando a la alimentación, el sueño, la concentración y las relaciones sociales.

Se cree que factores como una flora intestinal desequilibrada (disbiosis), una respuesta inmune inadecuada al sistema digestivo, problemas en la absorción de nutrientes y alteraciones en el neurotransmisor «serotonina» pueden contribuir al desarrollo del SPIS.

Es importante destacar que el SPIS NO está bien definido como una enfermedad única con diagnósticos específicos.

Su diagnóstico se basa en un análisis integral de los síntomas, antecedentes médicos y pruebas complementarias para descartar otras condiciones médicas subyacentes.

¿En qué consiste la dieta GAPS?

La dieta GAPS (Gut and Psychology Syndrome) es un plan alimenticio restrictivo que busca restaurar el equilibrio del sistema digestivo para mejorar la salud mental y física.

Se basa en la premisa de que una flora intestinal desequilibrada puede contribuir a diversos trastornos, incluyendo problemas de ansiedad, depresión, fatiga e incluso dolores inmunológicos y autoinmunitarios. La dieta se enfoca en eliminar alimentos que se cree pueden dañar la barrera intestinal y promover el crecimiento de bacterias «no deseables», mientras que se privilegia el consumo de alimentos nutritivos que alimentan las bacterias beneficiosas del intestino.

Principales Características y Restricciones:

  • Eliminación de Alimentos «Procacantes»: La fase inicial de la dieta GAPS prohíbe completamente los siguientes alimentos:

    • Cereales refinados (trigo, arroz blanco, maíz)

    • Carbohidratos refinados (azúcar, dulces, productos horneados con harinas refinadas)

      • Azúcares añadidos (incluyendo agave y edulcorantes artificiales) * Lácteos y productos lácteos enteros sin fermente. (Puede haber excepciones de yogur natural sin azúcar después de una fase inicial estricta ) * Legumbres (lentejas, frijoles, garbanzos)
    • Huevos crudos
  • Enfoque en Alimentos Fermentados: Se recomienda el consumo de alimentos fermentados para estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino:

    * Kimchi
    
    • Chucrut * Kefir
  • Priorización de Alimentos Integrales: Se privilegia el consumo de frutas y verduras frescas, carnes magras, pescado, huevos cocidos, grasas saludables (aceite de oliva virgen extra , aguacate)

  • Preparación con Ingredientes Simplificados:

Se recomienda cocinar los alimentos simples y evitar ingredientes procesados.

Importante

La dieta GAPS es un plan alimenticio restrictivo que debe ser implementado bajo la supervisión de un médico o nutricionista para asegurar una adecuada ingesta nutricional y prevenir deficiencias. Las recomendaciones son generalizadas y no se ajustan a las necesidades individuales de cada persona.

Alimentos permitidos en la dieta GAPS

Aquí hay una lista de alimentos permitidos en la dieta GAPS, ten en cuenta que durante las primeras etapas del plan son más restrictivas:

  • Frutas: Bayas (arándanos, fresas, moras), manzanas, peras, plátanos. Se aconseja comer frutas enteras y poco procesadas.

    • Verduras: Todas las verduras frescas cocidas o crudas. En la fase inicial se recomienda que sean en su forma más natural posible. Evita vegetales del tipo crucíferas (brócoli, coliflor) durante varias semanas iniciales al menos.

    • Grasas saludables: Aceite de oliva virgen extra, mantequilla ecológica, aguacate

    • Carnes: Aves (pollo, pavo), carne roja (ternera, cordero) , pescado fresco, mariscos. Se preferirá la carne sin procesar y con bajo contenido en grasas saturadas, como el pollo o el pescado blanco.
  • Huevos: Cocidos o revueltos durante las fases iniciales de la dieta; crudos una vez que se introduce la alimentación más flexible.

    • Legumbres: NO SE PERMITEN inicialmente, pueden integrarse gradualmente después
    • Cereales: Arroz integral y quinoa a partir del segundo mes (solo si no hay intolerancia) . En las etapas iniciales de la dieta GAPS son eliminados completamente.
  • Alimentos fermentados: Kefir natural, yogur natural sin azúcar (después de varias semanas), kimchi, chucrut

    • Especies y condimentos: Las especias y los condimentos ayudan a aumentar el sabor de los alimentos permitidos en la dieta GAPS, como ajo, cebolla, romero, tomillo…

    La cantidad de cada alimento varía según las necesidades del individuo.

Es importante recordar que esta información es solo un resumen y no debe suscribirse a ninguna dieta sin supervision médica o nutricional.

Alimentos restringidos en la dieta GAPS

Aquí tienes una lista de alimentos generalmente restringidos en la dieta GAPS:

  • * cereales refinados:* Pan blanco, pasta blanca, arroz blanco, tortillas

    • Azúcares añadidos: Azúcar granulada, azúcar moreno, miel (en las primeras fases), jarabe de arce.
  • Productos lácteos procesados: Leche pasteurizada y comercial, quesos convencionales (con el posible excepción de ciertos quesos fermentados después de varias semanas).

  • Legumbres: Frijoles, lentejas, garbanzos (se incorporan gradualmente en etapas posteriores)

  • Alimentos procesados: Cualquier alimento con ingredientes artificiales, aditivos o conservantes.

  • Cereal comercial y cereales para el desayuno: Granolas, muesli, tostadas

  • Frutos secos y semillas (en las primeras fases, a veces se permiten limitados).

  • Bebidas: Refrescos, jugos comerciales, bebidas energéticas y alcohólicas.
  • Aceite vegetal hidrogenado o parcialmente hidrogenado.

    • Harinas blanqueadas:

      Son una versión «más refinada» de los cereales.

Es crucial recordar que la dieta GAPS es un plan restrictivo y debe ser administrada con precaución. Siempre consulte a un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en su dieta.

Beneficios promovidos por los defensores de la GAPS

Los defensores de la dieta GAPS afirman que puede ofrecer una variedad de beneficios para la salud física y mental, aunque la evidencia científica para respaldar estas afirmaciones no es concluyente.

Aquí hay algunos de los beneficios promocionados por los partidarios de la GAPS:

  • Mejora de los síntomas del síndrome intestino-cerebro (SPIS): Se basa en la idea de que el SPIS surge, en parte, por una flora intestinal desequilibrada y que la dieta GAPS puede ayudar a restaurar este equilibrio.

    • Reducción de problemas digestivos:

      Puede aliviar síntomas como diarrea, estreñimiento, gases y dolor abdominal al limitar los alimentos que se cree pueden irritar el sistema digestivo.

  • Alivio de problemas de salud mental: Algunos defensoras de la GAPS argumentan que al mejorar la salud intestinal, puede reducir los niveles de ansiedad, depresión y fatiga.

    • Mejorar la absorción de nutrientes: Se plantea que la dieta elimina alimentos que pueden dificultar la absorción de nutrientes

Es importante destacar que las afirmaciones sobre los beneficios de la dieta GAPS aún necesitan mayor investigación científica para determinar su eficacia y seguridad.

Muchas personas reportan mejoras en sus síntomas al seguir una dieta GAPS, pero estos cambios podrían también estar relacionados con otros factores de estilo de vida o el simple efecto placebo.

Siempre es aconsejable hablar con un profesional médico o nutricionista antes de comenzar la dieta GAPS o cualquier cambio significativo en tu alimentación.

Evidencia científica sobre la dieta GAPS

Una escena de salud y conocimiento

La evidencia científica disponible sobre la efectividad de la dieta GAPS es limitada y contradictoria.

Si bien hay algunos estudios preliminares que sugieren posibles beneficios para ciertos síntomas del SPIS, la mayoría de las investigaciones son anecdóticas o basadas en pequeños grupos de participantes.

Puntos a considerar:

  • Falta de ensayos clínicos: No existen numerosos ensayos clínicos aleatorizados y controlados, que consideren la metodología científica más rigurosa, para evaluar la eficacia de la GAPS.

    • Tamaño limitado de los estudios existentes: Muchos estudios publicados son observacionales o involucran un número pequeño de participantes, lo que dificulta generalizar los resultados.
  • Sesgo de la autoevaluación: Los resultados a menudo se basan en informes auto-administrados de los participantes sobre sus síntomas, lo que puede introducir sesgos.

  • Intervención multicomponente: La dieta GAPS no es un único factor, ya que su éxito podría estar atribuido a otros cambios en el estilo de vida como la reducción del estrés, el ejercicio regular o la suplementación.

Investigaciones preliminares sugieren posibles beneficios para:

  • Alguns sintomas relacionados con el SPIS, como diarrea y gases. pero más investigación es necesaria.
  • Reemplazar las bacterias dañinas en el intestino por una flora saludable, lo que podría contribuir a mejorar la salud digestiva.

    Conclusión:

Aunque algunos estudios preliminares sugieren que la dieta GAPS podría tener beneficios para ciertos síntomas digestivos relacionados con el SPIS, existe una necesidad de más investigaciones rigurosas antes de poder confirmar su eficacia y seguridad.

Es importante consultar a un profesional médico o nutricionista antes de realizar cambios significativos en tu dieta, especialmente si tienes alguna condición médica preexistente.

Desventajas y riesgos potenciales de la GAPS

Aunque la dieta GAPS promueve el bienestar, es crucial conocer sus posibles desventajas y riesgos:

Deficiencias nutricionales: La restricción severa de alimentos en las fases iniciales puede llevar a deficiencias de vitaminas y minerales esenciales, como hierro, calcio, vitamina D y B12. Es fundamental asegurar una buena ingesta nutricional durante la dieta o complementar con suplementos bajo supervisión médica.

  • Problemas digestivos a corto plazo: Las modificaciones bruscas en la dieta pueden ocasionar malestar gastrointestinal inicial, como diarrea, estreñimiento, gases o hinchazón, especialmente al eliminar grupos de alimentos completos.

    • Restricciones sociales y psicológicas: La dieta GAPS puede ser difícil de seguir a largo plazo debido a su rigidez y limitaciones sociales, lo que podría llevar a estrés, ansiedad o incluso trastornos alimentarios en personas susceptibles.
  • Elevado costo: Algunos ingredientes específicos de la GAPS pueden ser caros, haciendo que la dieta sea inaccesible para algunas personas.

    • Falta de evidencia científica concluyente: Como mencionamos antes, hay poca investigación científica para respaldar los afirmaciones sobre sus beneficios a largo plazo.

Consideraciones adicionales:

  • La GAPS puede no ser apropiada para niños en etapas de crecimiento, mujeres embarazadas o lactantes, personas con problemas de salud preexistentes o aquellos tomando medicación.
  • Siempre es recomendable consultar con un médico o nutricionista antes de comenzar la dieta GAPS, especialmente si tienes alguna condición médica preexistente.

La GAPS puede tener algunos beneficios potenciales, pero también conlleva riesgos y desventajas a considerar. Una evaluación cuidadosa individualizada por parte de un profesional sanitario es fundamental para determinar si la dieta es adecuada para ti y crear una estrategia segura y efectiva.

Productos comerciales relacionados con la GAPS

Para seguir una dieta GAPS, muchas personas optan por productos comerciales especialmente diseñados para facilitar el proceso. Aquí te presento algunos ejemplos:

  • Mezclas para pan GAPS: Facilitan la elaboración de pan integral sin gluten y compatible con la dieta GAPS.
  • Harinas alternativas: Contienen semillas como chía, lino, arroz o quinoa, aptas para la dieta GAPS.

    • Alimentos fermentados comercializados: Kefir, yogur natural sin azúcar, kimchi o chucrut que se ajustan a las restricciones de la dieta.
  • Suplementos nutricionales: Algunas empresas ofrecen suplementos específicos para cubrir las posibles deficiencias nutricionales cuando se sigue una GAPS estricta (siempre bajo supervisión médica).

  • Barritas nutritivas y snacks: Elaboradas con ingredientes permitidos por la GAPS, como fruta deshidratada, semillas o frutos secos.

Recuerda: Es importante leer atentamente las etiquetas de los productos comerciales para asegurarte de que cumplen con los criterios de la dieta GAPS. Algunas marcas pueden incluir ingredientes inapropiados para este tipo de plan alimenticio.

El uso de estos productos no es imprescindible para seguir una dieta GAPS, pero pueden ayudar a simplificar el proceso y garantizar el acceso a alimentos adecuados.

Alternativas a la GAPS para mejorar la salud digestiva

Si buscas alternativas a la GAPS para mejorar la salud digestiva, existen varias opciones respaldadas por evidencia científica:

Cambios en el estilo de vida:

  • Dieta Mediterránea: Rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, aceites vegetales y pescado. Se asocia con una mejor salud intestinal y reducción del riesgo de enfermedades inflamatorias.

    • Práctica de Mindfulness: Aprender a prestar atención al proceso de comer puede ayudar a reducir el estrés gastrointestinal y mejorar la digestión.

      Modificaciones dietéticas específicas:

    • Dieta baja FODMAP: Se centra en eliminar temporalmente algunos grupos de carbohidratos complejos que pueden afectar negativamente ciertos sistemas digestivos (FODMAPs). Útil para combatir el síndrome del intestino irritable (SII)

      • Probióticos: Consumir alimentos fermentados como yogur, kéfir o chucrut o tomar suplementos probióticos puede ayudar a restaurar el equilibrio de bacterias en el intestino.
  • Prebióticos: Alimentos ricos en fibra que pueden promover el crecimiento de las buenas bacterias intestinales (ej. ajo, cebollas, plátanos, espárragos).

Otros enfoques:

  • Ejercicio regular: Promueve la motilidad gastrointestinal
    • Manejo del estrés: El estrés puede afectar negativamente la digestión; técnicas de relajación y ejercicio moderado pueden ayudar.

Es importante recordar que estas opciones no son universales. La mejor alternativa para mejorar tu salud digestiva dependerá de tus necesidades individuales y condiciones médicas específicas. Consulta con un médico o nutricionista registrado para obtener asesoramiento personalizado.

Conclusión

La dieta GAPS promueve una variedad de beneficios para la salud, pero existen consideraciones importantes antes de incorporarla a tu estilo de vida. Si bien puede ayudar en ciertos casos de problemas digestivos relacionados con el SPIS, la evidencia científica es limitada y contradictoria.

Es crucial ser consciente de los posibles riesgos, como deficiencias nutricionales o problemas gastrointestinales iniciales, y siempre consultar con un profesional de salud antes de comenzar la dieta.

Existen alternativas más sólidas para mejorar la salud digestiva, respaldadas por mayor evidencia científica, como la Dieta Mediterránea, el control del estrés, prácticas de Mindfulness, probióticos, prebióticos y la suplementación nutricional.

La elección ideal dependerá de tus necesidades individuales y condiciones médicas. Un profesional te guiará hacia la mejor estrategia para lograr una digestión saludable y bienestar general.

Recuerda, un enfoque holístico que combine alimentación sana, estilo de vida activo y manejo del estrés es fundamental para la buena salud intestinal a largo plazo.