La muñeca es una articulación compleja que nos permite realizar una gran variedad de movimientos. Es fundamental para actividades diarias como la escritura, el vestirnos y el manejo de objetos. Una lesión en esta zona, como una fractura del escafoides, puede tener un impacto significativo en nuestra calidad de vida, limitando nuestra capacidad para realizar estas tareas simples.
Después de una lesión, especialmente si se requiere rehabilitación escafoides por cirugía, es crucial iniciar un programa de ejercicios diseñado para recuperar la movilidad y fortalecer los músculos de la muñeca. La rehabilitación escafoides no solo ayuda a restaurar la función sino también a prevenir complicaciones a largo plazo.
Este artículo detalla una serie de ejercicios que pueden ser incorporados en el proceso de recuperación tras una lesión en el escafoides. La clave está en realizarlos bajo supervisión profesional y con precaución, evitando cualquier dolor durante la práctica.
Flexiones y extensiones pasivas
Las flexiones y extensiones pasivas son ejercicios fundamentales para restaurar la movilidad articular después de una lesión del escafoides.
Se realizan mediante el movimiento lento y controlado de la muñeca, primero hacia atrás (extensión) y luego hacia adelante (flexión), sin forzarla. Durante estos movimientos, se utiliza presión suave pero constante en el dorso de la mano, aplicando un torniquete para ayudar a reducir las fuerzas invasivas.
La realización de estas manipulaciones pasivas ayuda a liberar tensión en los tendones y ligamentos dañados y, gradualmente, restaurar el rango completo de movimiento.
Son ejercicios muy importantes porque permiten regresar al estado de salud de la muñeca antes al daño. Si bien este tipo de ejercicios no son dolorosos para la mayoría de las personas, es fundamental que se realicen con suavidad y bajo supervisión profesional. Es importante recordar no forzar el movimiento ni presionar más allá del punto confortable.
En un principio, estos ejercicios serán realizados por el fisioterapeuta o terapeuta ocupacional con el objetivo de enseñarte la técnica correcta y evitar cualquier daño adicional.
Estiramientos progresivos para la muñeca
Los estiramientos son esenciales en el proceso de rehabilitación escafoides ya que ayudan a mantener la flexibilidad y elasticidad de los tejidos que rodean la muñeca.
Incorpora estiramientos progresivos, manteniéndolos durante al menos 15 segundos cada uno. A lo largo del tiempo, se aumenta gradualmente el tiempo o la intensidad para continuar desafiando tus límites de movimiento.
Puedes realizar estiramientos utilizando bandas elásticas de resistencia o simplemente ejerciendo presión en la muñeca manualmente.
Es importante recordar que no hay que sentir dolor durante los estiramientos. La sensación debe ser una ligera tensión en los músculos, un «rasgueo» suave que indica que se están estirando los tejidos.
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Movimientos controlados con varilla
Los movimientos controlados con una varilla son ejercicios que se utilizan para mejorar el recorrido articular y fortalecer los músculos del antebrazo y la muñeca.
Se comienza colocando la mano extendida sobre una varilla rígida, como un extremo de una barra o una toalla enrollada, que debe estar apoyada en el suelo.
Con la ayuda de los músculos del antebrazo y la muñeca, se realiza un movimiento circular con la mano alrededor de la barra, primero en sentido horario y luego antihorario.
Esta serie de movimientos te permite volver a sentir tu rango de movimiento gradualmente y recuperar fuerza, precisión y coordinación en el área afectada. Es importante seguir las instrucciones del fisioterapeuta o terapeuta ocupacional para evitar tensiones innecesarias y obtener los mejores resultados.
A medida que progreses en la rehabilitación escafoides, puedes aumentar la resistencia durante estos circuitos de movimiento.
Pronación y supinación de las manos extendidas
Las pronaciones y supinaciones son movimientos circulares del brazo hacia adentro (pronación) y hacia afuera (supinación), realizados con las manos extendidas.
Estos ejercicios ayudan a recuperar la movilidad y el equilibrio muscular en los músculos que se utilizan para girar el antebrazo.
Se comienza sosteniendo una pelota o un objeto ligero, se realizan los movimientos circulares con las manos extendiendo y cerrando los dedos. Al final de cada circuito, manten el brazo relajado durante unos segundos y repite en dirección opuesta. Puedes intentar esto sin un objeto después de sentir seguridad y fuerza en la muñeca.
Conclusión

La rehabilitación escafoides es un proceso crucial para recuperar la movilidad y la función de la muñeca después de una lesión. Con paciencia, dedicación al programa ejercitatorio y apoyo profesional, es posible lograr una recuperación completa del movimiento completo y fortalecer los músculos de la muñeca, aumentando la confianza en su uso diario.
Es fundamental recordar que cada caso es único y las recomendaciones del fisioterapeuta o terapeuta ocupacional son esenciales para un proceso de rehabilitación adecuado.
Fractura del escafoides y osteosíntesis
Una fractura del escafoides es una lesión común en la muñeca, especialmente entre los atletas que realizan actividades de impacto repetitivo. El escafoides es uno de los ocho huesos carpo (de la muñeca), situado en el centro de la misma.
Una fractura de este hueso puede resultar de diferentes tipos de lesiones, como caídas al suelo o después de un impacto directo. La complejidad radica en la ubicación del escafoides, que facilita movimientos y transferencias entre los huesos, por lo que su fractura puede provocar importantes consecuencias funcionales si no se trata adecuadamente.
Las fracturas del escafoides pueden clasificarse según su gravedad: simple (una fisura única), compuesta (fragmentos óseos que atraviesan la piel) o con desplazamiento (segmentos óseos separados).
La osteosíntesis es una técnica quirúrgica que utiliza placas, tornillos o alambre para fijar los fragmentos óseos de un hueso fracturado.
Se utiliza en casos de fracturas del escafoides complejas o desalineadas, donde la rehabilitación escafoides se volvería inviable sin estabilizar el hueso y asegurar una correcta alineación para su regeneración.
La osteosíntesis permite una fijación precisa y segura que reduce los riesgos de complicaciones como un movimiento incorrecto del hueso y un crecimiento óseo inadecuado durante la cicatrización.
Esto facilita a largo plazo una rehabilitación escafoides más efectiva, devolviendo movilidad y fuerza a la muñeca después de un lapso de reposo y recuperación.
Después de la cirugía, es fundamental seguir las instrucciones del médico y el fisioterapeuta para asegurar una plena recuperación.
Importancia de la rehabilitación
La rehabilitación escafoides es una etapa crucial tras una fractura, especialmente cuando se requiere osteosíntesis. No solo restaura la movilidad, sino que también tiene un impacto profundo en la capacidad funcional y el bienestar del paciente.
Durante los primeros días y semanas después de la cirugía, el objetivo principal de la rehabilitación es reducir el dolor, controlar la inflamación y proteger la herida quirúrgica.
En estas primeras etapas, se realizan métodos como el hielo para disminuir la inflamación y ejercicios suaves de movimiento pasivo guiados por un fisioterapeuta que promueven la movilidad sin ejercer presión sobre la zona recién operada.
A medida que la herida cicatriza y el dolor disminuye, la rehabilitación avanza hacia ejercicios más activos para fortalecer los músculos del antebrazo y la muñeca, mejorar el rango de movimiento y recuperar la coordinación fina.
La rehabilitación escafoides no se limita a movimientos físicos; también incluye actividades como:
- Terapia ocupacional: Para ayudar al paciente a regresar a las tareas cotidianas.
- Ejercicios sensoriales: Para recuperar la sensibilidad en la zona afectada.
- Educación del paciente: Sobre la importancia de seguir las instrucciones, realizar los ejercicios correctamente y detectar cualquier signo de complicación.
La adhesión completa a todas las etapas de la rehabilitación escafoides es crucial para evitar el desarrollo de complicaciones a largo plazo, como dolor persistente, debilidad musculares, rigidez articular y artritis post-traumatica.
Es importante recordar que cada paciente cura de manera diferente; el tiempo necesario para una completa recuperación varía dependiendo del complejo de la fractura, el tipo de osteosíntesis realizada y las características individuales del paciente.
Ejercicios para flexiones y extensiones pasivas
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Posición inicial: Siéntate en una silla con tu brazo afectado en descanso sobre la mesa o sobre tus piernas.
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Movimiento de extensión: Un auxiliar lo sostiene por el dorso del mano y realiza un movimiento suave hacia atrás, extendiendo el brazo hasta que esté completamente recto.
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Mantén la posición: Mantén la extensión durante unos segundos.
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Movimiento de flexión: Con la misma acción, el auxiliar estira hacia abajo el radio (hueso del antebrazo) llevando la mano hacia adelante en una flexión completa.
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Repite: Realiza 10-15 repeticiones de extensión y flexión pasiva.
Precauciones importantes:
– Nunca fuerces la movilidad. El rango de movimiento debe ser dentro del cómodo y sin dolor.
– Si se siente dolor, inmediatamente detenga el ejercicio y informe al fisioterapeuta.
- La asistencia de un fisioterapeuta o terapeuta ocupacional es crucial para realizar estos ejercicios correctamente y evitar lesiones.
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Estiramientos progresivos

- Rotaciones:
- Con el brazo afectado en reposo, realiza movimientos circulares del puño hacia la derecha y hacia la izquierda (5 repeticiones en cada dirección).
- Suavemente eleva los antebrazos a nivel del pecho manteniendo las palmas hacia arriba o hacia abajo y rotatorios lentamente los hombros sin tensionar los músculos.
- Extensiones y flexiones:
- Con el brazo extendido delante, eleve suavemente su mano hasta colocarla por encima de la cabeza y luego baje lentamente la misma posición. Mantenga una ligera tensión en los brazos durante todo el movimiento.
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Estiramiento del dorso:
- Sentado con las manos juntas detrás de la espalda, levante los brazos hacia atrás estirando el Dorsal a lo largo del tronco
Precauciones: Estos estiramientos progresan gradualmente y se deben realizar de forma delicada sin forzar nunca el movimiento. Escuche a su cuerpo e interrumpa si siente dolor o cualquier molestia.
Recuerde que la rehabilitación escafoides es un proceso gradual, la progresión será personalizada por su fisioterapeuta según su ritmo y desarrollo.
Movimientos controlados con varilla
- Elevar y bajar el antebrazo:
- Suspenda su brazo afectado del brazo sano o una manta con la ayuda de una barra (como una barra fija o un poste estable) para soporte.
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Sostenga el peso con la mano inferior.
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Con movimientos controlados y lentos, levante y baje el antebrazo a un nivel confortable (5 repeticiones).
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Rotación del antebrazo: Mientras sostiene el antebrazo de la varilla, rota el antebrazo hacia adentro y afuera (5 repeticiones en cada dirección), evitando movimientos bruscos.
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* Flexión y extensión con agarre:*
- Sostenga firmemente la barril o barra mientras realice flexiones del codo llevándose la mano hacia el pecho. Mantenga un movimiento controlado y lento para volver a la posición inicial. (5 repeticiones).
Precauciones cruciales::
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Realiza los movimientos controlados con la varilla siempre bajo la supervisión de un fisioterapeuta ya que esta técnica ayuda a mejorar la fuerza y el rango de movimiento, pero hay un riesgo importante de lesiones si no se realiza correctamente.
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Asegúrate de que soporte y barra sean firmes y seguros para prevenir cualquier tipo de accidente durante los ejercicios.
A medida que tu capacidad mejora progresivamente, tu fisioterapeuta podrá ajustar la resistencia o modificar los movimientos.
Pronación y supinación de las manos
- Pronación:
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Siéntate con el brazo afectado apoyado en una superficie plana y tus otras articulaciones están relajadas.
- Gire lentamente el antebrazo hacia abajo, hacia el piso, extendiendo los dedos del pie hacia afuera. El dorso de la mano quedará mirando hacia abajo.
- Supinación:
- Realiza el mismo movimiento pero en dirección opuesta: gírelo hacia arriba, hacia el techo. El dorso de la mano mirará hacia arriba.
Repeticiones: Realiza 5-10 repeticiones de pronación y supinación para cada lado.
Precauciones:
* Moverse sin forzar ni sobrepasar los límites de lo que tu muñeca se sienta cómoda realizando.
* Es importante realizar estos movimientos con control y consciencia para no exacerbar la lesión en el escafoides.
Seguimiento de un fisioterapeuta: Esta es una herramienta del programa de rehabilitación, por lo cual siempre buscar la orientación de él/ella para asegurar que estás realizando los ejercicios correctamente y según tus necesidades individuales
Prevención del dolor durante los ejercicios
Aquí tienes algunos consejos para prevenir el dolor durante los ejercicios de rehabilitación escafoides:
Antes de empezar:
* Calentamiento: Realiza 5-10 minutos de actividad ligera como flexiones de muñeca y estiramientos suaves antes de comenzar.
- Escucha a tu cuerpo: Si sientes cualquier dolor, detente inmediatamente. No te empujes más allá de tus límites durante el ejercicio.
Durante el entrenamiento:
- Movimiento controlado: Realiza los movimientos lentamente y con consciencia. Evita movimientos bruscos o rápidos que puedan sobrecargar la muñeca.
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Resistencia: Si estás utilizando algún tipo de resistencia (ej. bandas elásticas) empieza con una fuerza ligera y aumenta gradualmente a medida que tu muñeca se fortalece.
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Postura correcta: Mantén una postura correcta durante todos los ejercicios. Esto ayudará a distribuir el peso uniformemente y evitar tensión en la muñeca.
Después del ejercicio:
- Enfriamiento: Dedica unos minutos al final para realizar estiramientos suaves de la muñeca e antebrazo.
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Hielo: Aplica frío (15-20 minutos) sobre la zona si sientes dolor o inflamación después del ejercicio.
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Descanso: Dando a tu cuerpo tiempo para recuperarse después de los entrenamiento es crucial para prevenir lesiones.
Otros consejos:
- Comunícate con tu fisioterapeuta: No dudes en preguntar cualquier duda que tengas sobre los ejercicios y adapta el programa según tus necesidades.
- Emplea soportes: Utiliza un soporte de muñeca durante las actividades regulares para mantener la estabilidad y reducir el estrés en la articulación.
Siguiendo estos consejos, puedes minimizar el dolor durante la rehabilitación y ayudar a tu cuerpo a recuperarse completamente.
Conclusión
La rehabilitación del escafoides es un proceso individualizado que requiere paciencia y compromiso.
El objetivo principal es recuperar la movilidad y fuerza de la muñeca para volver a realizar las actividades cotidianas con normalidad.
Recuerda que el progreso puede variar en cada persona, por lo que es fundamental trabajar con un fisioterapeuta capacitado para recibir una evaluación precisa, un plan de ejercicios personalizado y soporte continuo durante todo el proceso.
Seguid los consejos de prevención del dolor, escuchá a tu cuerpo, sé constante en los ejercicios y no dudes en comunicar cualquier duda o molestia a tu médico o terapeuta.
Con disciplina y esfuerzo, podrás superar la recuperación y disfrutar de una vida plena sin limitaciones articulares.