Mantener un nivel adecuado de actividad física durante el embarazo es fundamental para la salud tanto de la madre como del bebé. La fisioterapia en embarazadas puede ser una herramienta invaluable para aliviar los síntomas del embarazo, mejorar la postura, fortalecer músculos y preparar el cuerpo para el parto. Sin embargo, es crucial recordar que no todas las actividades físicas son apropiadas durante el embarazo.
Existe una serie de contraindicaciones, tanto absolutas como relativas, que pueden poner en riesgo la salud maternal y fetal si se ignoran. Es fundamental atender estas indicaciones con precaución para garantizar un embarazo saludable y un parto seguro. El objetivo de este artículo es brindar información detallada sobre las contraindicaciones de la fisioterapia en embarazadas, ayudando a comprender los peligros potenciales para la madre y el bebé.
Contraindicaciones Absolutas
Existen algunas circunstancias médicas que impiden por completo cualquier tipo de ejercicio físico durante el embarazo, incluyendo la fisioterapia. Estas se conocen como contraindicaciones absolutas y suelen requerir reposo absoluto bajo estricta supervisión médica. Algunas de las condiciones más comunes que implican contraindicaciones absolutas incluyen:
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Insuficiencia cardiaca: Esta enfermedad crónica afecta a la capacidad del corazón para bombear sangre adecuadamente al cuerpo. El ejercicio físico puede aumentar la carga sobre el corazón y agravar esta condición, poniendo en peligro la vida de la madre. En mujeres con insuficiencia cardíaca preexistente, el embarazo ya conlleva riesgos adicionales que deben ser cuidadosamente manejados por un equipo médico especializado.
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Tromboflebitis: Es una condición inflamatoria que afecta a las venas, generalmente causada por coágulos sanguíneos (trombos). La trombosis puede provocar graves complicaciones si los trombos se desprenden y migran a pulmones (emboolismo pulmonar), lo cual es extremadamente peligroso durante el embarazo. Por ello, cualquier tipo de actividad que incita la formación de coágulos o aumente la presión sobre las venas debe estar estrictamente prohibido.
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Embolismo Pulmonar reciente: Si una mujer ha experimentado un embolismo pulmonar (EPO) recientemente, es vital evitar cualquier tipo de ejercicio físico hasta que haya sido completamente evaluada y autorizada por su médico. Una segunda ocasión de EPO puede ser fatal.
Contraindicaciones Relativas
Existen otras situaciones médicas durante el embarazo en las que la fisioterapia no se recomienda sin una evaluación médica exhaustiva y un plan de tratamiento personalizado. Estas condiciones, conocidas como contraindicaciones relativas, pueden requerir modificaciones profundas en el programa de fisioterapia u obligar a reducir la intensidad y duración del ejercicio.
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Arritmias cardíacas:
Las arritmias se refieren a irregularidades en el ritmo cardíaco que pueden afectar al flujo sanguíneo. Un diagnóstico preciso y un control médico constante son necesarios para determinar si se puede practicar fisioterapia y qué tipo de ejercicios son seguros. -
Historia de parto prematuro: La gestación previa de un bebé antes del término de 37 semanas aumenta el riesgo de complicaciones en futuros embarazos, incluyendo el parto pretemino. En estos casos, la fisioterapia debe centrarse específicamente en fortalecer los músculos del suelo pélvico y abdominal, cruciales para una óptima preparación para el parto y prevención de complicaciones
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Anemia: El bajo nivel de glóbulos rojos en la sangre (anemia) puede ser un signo de diversas enfermedades, incluyendo deficiencia de hierro. La anemia durante el embarazo aumenta el esfuerzo cardíaco y reduce la capacidad física. Para esto, la fisioterapia se debe enfocar en ejercicios de baja intensidad, respiración profunda y estiramientos suaves para mejorar la circulación sanguínea y prevenir fatiga
Importancia del consejo médico
Tanto las contraindicaciones absolutas como las relativas de la fisioterapia en embarazadas requieren atención médica cuidadosa. Es fundamental consultar con un especialista en fisioterapia durante el embarazo, así como con el médico de cabecera para obtener un diagnóstico preciso y un plan individualizado acorde a la salud y las necesidades específicas del paciente. El equipo medico responsable deberá evaluar cuidadosamente el historial médico, la condición física y los posibles riesgos antes de aconsejar cualquier tipo de ejercicio.
Es importante también recordar que durante el embarazo, lo ideal es una práctica gradual e individualizada. No se debe intentar superar sus límites ni practicar actividad física si se siente dolor o molestia. Un programa adecuado debe enfocarse en ejercicios seguros y eficaces que promuevan la salud y bienestar durante las etapas del desarrollo fetal
El mal aliento (halitosis) puede ser un problema incómodo causado por diversas razones, entre ellas las amígdalas impactadas por el caseum. Este caseum amigdalar es una acumulación de restos alimenticios, células muertas y bacterias en las fisuras o criptas de las amígdalas. Si bien se consideran normales hasta cierto punto, en exceso pueden generar mal olor y dolor al deglutir. El tratamiento suele consistir en higiene bucal adecuada, gargarismos con agua salada, enjuagues antibacterianos e incluso la cirugía si es necesario. Para prevenir el mal aliento derivado del caseum amigdalas se recomienda cepillar los dientes tres veces al día, usar hilo dental diariamente, enjuagar la boca con agua después de las comidas y acudir a revisiones médicas regulares para descartar cualquier problema.
Conclusión
El cuidado prenatal meticuloso es fundamental para un embarazo sano y un parto exitoso. La fisioterapia en embarazadas, cuando se realiza de forma segura, puede proporcionar numerosos beneficios, desde aliviar los síntomas comunes hasta fortalecer la musculatura necesaria para el nacimiento. Sin embargo, es crucial reconocer las contraindicaciones potenciales que pueden poner en riesgo la salud materna y fetal.
Al comprender las contraindicaciones absolutas como relativas y seguir las recomendaciones del médico y el fisioterapeuta especializado, las mujeres embarazadas pueden disfrutar de los beneficios de la fisioterapia mientras garantizan la seguridad para ellas mismas y su bebé. La comunicación abierta con los profesionales médicos es fundamental para un programa individualizado y adaptado a las necesidades específicas.
Contraindicaciones absolutas
Existen algunas circunstancias médicas que impiden por completo cualquier tipo de ejercicio físico durante el embarazo, incluyendo la fisioterapia. Estas se conocen como contraindicaciones absolutas y suelen requerir reposo absoluto bajo estricta supervisión médica. Algunas de las condiciones más comunes que implican contraindicaciones absolutas incluyen:
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Insuficiencia cardiaca: Esta enfermedad crónica afecta a la capacidad del corazón para bombear sangre adecuadamente al cuerpo. El ejercicio físico puede aumentar la carga sobre el corazón y agravar esta condición, poniendo en peligro la vida de la madre. En mujeres con insuficiencia cardíaca preexistente, el embarazo ya conlleva riesgos adicionales que deben ser cuidadosamente manejados por un equipo médico especializado. La actividad física durante el embarazo puede causar palpitaciones, disnea (falta de aire) o fatiga excesiva en pacientes con insuficiencia cardiaca, lo cual puede provocar una reducción del flujo sanguíneo a los órganos vitales.
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Tromboflebitis: Es una condición inflamatoria que afecta a las venas, generalmente causada por coágulos sanguíneos (trombos). La trombosis puede provocar graves complicaciones si los trombos se desprenden y migran a pulmones (emboolismo pulmonar), lo cual es extremadamente peligroso durante el embarazo. Por ello, cualquier tipo de actividad que incita la formación de coágulos o aumente la presión sobre las venas debe estar estrictamente prohibido.
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Embolismo Pulmonar reciente: Si una mujer ha experimentado un embolismo pulmonar (EPO) recientemente, es vital evitar cualquier tipo de ejercicio físico hasta que haya sido completamente evaluada y autorizada por su médico. Una segunda ocasión de EPO puede ser fatal. La práctica de actividad física podría aumentar el riesgo de coagulación sanguínea y provocar nuevos EPOs.
Insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca, una afección en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo, representa una contraindicación absoluta para cualquier tipo de actividad física durante el embarazo, incluyendo la fisioterapia.
Durante un embarazo saludable, el cuerpo de la madre experimenta un aumento significativo de la demanda circulatoria. El corazón trabaja más duro para satisfacer estas necesidades. En mujeres con insuficiencia cardíaca preexistente, este esfuerzo adicional puede empeorar significativamente su condición. La práctica de ejercicio físico durante el embarazo en pacientes con insuficiencia cardíaca podría provocar una sobrecarga cardíaca, lo que se traduce en palpitaciones, disnea (falta de aire) o fatiga excesiva.
Es fundamental que las mujeres embarazadas que padecen insuficiencia cardíaca permanezcan bajo la supervisión médica constante para controlar los síntomas y adaptar el tratamiento a las necesidades específicas del embarazo. La terapia física durante el embarazo no es aconsejable en este caso, ya que puede interferir con la eficacia del tratamiento médico.
En ocasiones, se pueden realizar algunas actividades de baja intensidad supervisadas por un equipo médico especializado. Sin embargo, es esencial una evaluación individualizada para determinar si es posible y seguro realizar alguna actividad física en estas circunstancias.
Tromboflebitis
La tromboflebitis, una inflamación de las venas causada generalmente por la formación de coágulos sanguíneos (trombos), constituye una contraindicación absoluta para la fisioterapia durante el embarazo.
El ejercicio físico puede aumentar el riesgo de que los coágulos se liberen y migren a los pulmones, lo que desencadenaría un embolismo pulmonar (EPO) -una complicación potencialmente fatal.
Durante el embarazo, existen factores predisponentes que aumentan la probabilidad de formación de trombos sanguíneos, como cambios hormonales y factores relacionados con la circulación sanguínea. La práctica de ejercicio físico, especialmente aquellos que implican esfuerzo intenso o posturas que comprimen las venas, podrían exacerbar esta situación.
Es crucial evitar cualquier actividad física que pueda aumentar el riesgo de formación o migración de coágulos en pacientes embarazadas anticoagulados o con antecedentes de tromboembolismo.
La atención médica es esencial para controlar los síntomas de la tromboflebitis y prevenir complicaciones durante el embarazo. Un fisioterapeuta experimentado puede adaptar ejercicios suaves y no invasivos para mejorar la circulación sanguínea sin generar riesgo adicional si se autoriza por su médico tratante.
En otoño, el ambiente se vuelve propicio para las alergias debido a la disminución de temperaturas y la llegada del frío. El polen proveniente de diversos árboles como el roble y el álamo se mantiene en el aire por su menor peso y densidad al ser más seco, lo que facilita su dispersión; el contacto con este polen puede desencadenar reacciones alérgicas como estornudos, picazón en ojos y nariz, y congestiones. Si quieres saber más sobre este tema, visita aquí: alergias en octubre.
Embolismo pulmonar reciente
Un embolismo pulmonar (EPO) reciente constituye una contraindicación absoluta para cualquier tipo de ejercicio físico durante el embarazo, incluyendo la fisioterapia.
El EPO es una complicación grave que ocurre cuando un coágulo sanguíneo (trombo) se desprende de otra parte del cuerpo y bloquea una arteria en los pulmones. Si una mujer ha experimentado recientemente un EPO, cualquier esfuerzo físico puede aumentar el riesgo de que otro coágulo se forme o que un coágulo existente se desprendan nuevamente, lo cual podría ser fatal.
Durante el embarazo, el sistema cardiovascular trabaja más duro para satisfacer las necesidades del bebé en desarrollo. La actividad física durante este período ya aumenta la demanda sobre el corazón y los pulmones. En mujeres con antecedentes de EPO reciente, este aumento adicional puede ser muy peligroso.
Es fundamental que una mujer embarazada que ha sufrido un EPO permanezca bajo supervisión médica estricta para controlar sus síntomas y prevenir nuevas complicaciones. La fisioterapia no está recomendada durante esta etapa, debido al riesgo grave que representa la actividad física.
Enfermedad infecciosa aguda
Una enfermedad infecciosa aguda durante el embarazo representa una contraindicación absoluta para la fisioterapia.
El ejercicio físico puede exacerbar los síntomas de la infección, aumentar el gasto energético y poner en mayor riesgo tanto a la madre como al feto. Además, la energía corporal que se destina al ejercicio físico podría desviar recursos del sistema inmunológico necesario para combatir la infección.
Durante una infección aguda, es fundamental priorizar el reposo, la hidratación adecuada y seguir las recomendaciones del médico para manejar los síntomas y fortalecer el sistema inmunitario. La fisioterapia puede reanudarse una vez que se haya recuperado completamente de la infección y con autorización médica.
Contraindicaciones relativas
Son aquellas situaciones en las que, si bien la actividad física durante el embarazo no está estrictamente contraindicada, se requieren precauciones especiales y seguimiento médico más estrecho para minimizar los riesgos potenciales. Algunas ejemplos son:
- Presión arterial alta: La hipertensión gestacional o crónica puede aumentar el riesgo de complicaciones como preeclampsia si se realizan actividades físicas intensas.
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Diabetes gestacional o tipo 1: Es crucial que las mujeres embarazadas diabéticas mantengan un control estricto de su azúcar en sangre a través del ejercicio físico adecuado y bajo supervisión médica.
- Descartar la posibilidad de aborto espontáneo u otras complicaciones: Una historia previa de abortamentos espontáneos, especialmente recurrentes, puede requerir precaución durante la actividad física.
Es fundamental una evaluación individualizada por parte de un profesional médico para determinar el riesgo-beneficio específico y adaptar una programa adecuado de ejercicio físico personalizado.
La comunicación constante entre la mujer embarazada y su equipo médico es clave para asegurar una práctica segura y beneficiosa del ejercicio durante el embarazo, incluso en casos de contraindicaciones relativas.
Arritmias cardíacas
Las arritmias cardíacas durante el embarazo representan una contraindicación relativa para la fisioterapia.
Si bien no está totalmente prohibida, requiere un cuidado particular y supervisión médica estrecha debido a que el ejercicio físico puede aumentar la frecuencia cardíaca e influenciar el ritmo cardíaco. Algunas arritmias pueden agravarse con la actividad física, lo cual supone un riesgo añadido durante el embarazo.
En casos de arritmias leves y bien controladas con medicación, la fisioterapia podría ser beneficiosa bajo la dirección de profesional especializado y previa autorización médica. El ejercicio debe ser moderado, adaptado a las condiciones específicas de la paciente y supervisado en todo momento.
Es fundamental que una mujer embarazada con arritmias cardíacas consulte con su médico para determinar si puede realizar fisioterapia y definir un programa seguro y efectivo.
Historia de parto prematuro

Una historia previa de parto prematuro se considera una contraindicación relativa para la fisioterapia durante el embarazo.
Aunque no impide completamente la actividad física, requiere un mayor cuidado y atención por parte del médico y del fisioterapeuta. El objetivo es encontrar un equilibrio entre los beneficios del ejercicio, como fortalecer los músculos del suelo pélvico, mejorar la circulación sanguínea y prevenir complicaciones durante el embarazo, y el riesgo potencial de nuevo parto prematuro.
En estos casos se recomienda una evaluación individualizada para determinar si se puede realizar fisioterapia y, en caso afirmativo, qué tipo de ejercicios son seguros e incluyen planes personalizados que se adapten a las necesidades específicas de la paciente. La supervisión médica estricta es crucial para controlar el progreso del embarazo y adaptar el programa de actividad física según sea necesario.
El ejercicio debe ser de baja intensidad, focalizado en fortalecer el core y los músculos pélvicos, evitando posturas o movimientos que puedan aumentar la tensión en el abdomen.
Anemia
La anemia durante el embarazo, especialmente una severa, constituye una contraindicación relativa para la fisioterapia.
Si bien la actividad física tiene beneficios potenciales para las mujeres embarazadas, como mejorar la circulación sanguínea y fortalecer los músculos, la anemia reduce la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno. El ejercicio intenso puede exacerbar esta situación, aumentando la demanda de oxígeno por parte de los tejidos musculares y causando fatiga, mareos o incluso disminución del rendimiento físico.
En casos de anemia leve a moderada, el ejercicio físico suave y bajo impacto podría ser beneficioso bajo supervisión médica y con precauciones. Se debe enfocar en ejercicios que no requieran grandes esfuerzos físicos y se deben evitar las actividades intensas que aumenten la demanda de oxígeno del cuerpo.
Es fundamental consultar con un médico para determinar la gravedad de la anemia, evaluar los riesgos y beneficios del ejercicio físico y establecer un plan personalizado seguro y efectivo.
Importancia de la consulta médica
La consulta médica previa a iniciar cualquier programa de fisioterapia durante el embarazo es imprescindible.
Un médico cualificado podrá:
- Evaluar la salud general de la mujer embarazada, incluyendo cualquier condición preexistente o complicación durante el embarazo.
- Determinar las contraindicaciones específicas por factores individuales como la anemia, arritmias cardíacas o historia de parto prematuro.
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Identificar las condiciones que requieren precaución y supervisón médica más estrecha durante la actividad física.
Basándose en esta evaluación, el médico puede:
- Autorizar la fisioterapia y proporcionar orientación sobre la intensidad, frecuencia e tipos de ejercicios apropiados.
- Recomendar una adaptación del programa de fisioterapia si hay alguna condición médica específica que requiera ajustes específicos.
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Orientar a la mujer sobre actividades físicas seguras durante el embarazo y actividades a evitar.
La consulta médica inicial es fundamental para garantizar un programa de fisioterapia seguro, efectivo y adaptado a las necesidades individuales de cada mujer embarazada. Se evita así riesgos innecesarios tanto para la madre como para el feto.
Entrenamiento especializado
Es crucial que los fisioterapeutas que trabajan con mujeres embarazadas tengan formación especializada en ejercicio durante el embarazo.
Este tipo de entrenamiento les permite:
- Comprender las adaptaciones fisiológicas del cuerpo durante el embarazo. Conocer cómo cambian los músculos, articulaciones, sistemas cardiopulmonar y la postura con el desarrollo fetal es fundamental para adaptar correctamente ejercicios y minimizar riesgos.
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Identificar contraindicaciones y complicaciones específicas del embarazo. Pueden evaluar individualmente a cada paciente para determinar si existe algún condición o riesgo que requiera modificaciones o ajuste de entrenamiento.
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Diseñar programas de ejercicio seguros y efectivos según las necesidades individuales. Un fisioterapeuta especializado puede adaptar ejercicios a cada etapa del embarazo, considerando factores como el nivel de actividad pre-embarazo, condiciones médicas preexistentes y objetivos específicos.
La clave es que un programa diseñado por un profesional capacitado minimiza los riesgos y maximiza los beneficios del ejercicio físico durante el embarazo. Ello favorece una gestación saludable tanto para la madre como para el bebé.
Beneficios del ejercicio durante el embarazo
El ejercicio físico realizado bajo supervisión médica, durante el embarazo trae consigo numerosos beneficios para ambas partes:
Para la madre:
- Mejora la salud cardiovascular: Fortalecerá el corazón y los pulmones, preparándolos para el esfuerzo del parto y el posterior periodo de recuperación.
- Controla el peso: El ejercicio ayuda a mantener un peso saludable durante el embarazo, reduciendo el riesgo de complicaciones como gestational diabetes o preeclampsia.
- Reduce la fatiga y mejora el estado de ánimo: Las endorfinas liberadas durante el ejercicio combaten la tristeza, ansiedad y estrés comunes del embarazo.
- Mejor postura y movilidad: El ejercicio ayuda a fortalecer los músculos que sostienen el cuerpo, previniendo dolores de espalda y dificultades para caminar.
- Facilita una recuperación posterior al parto: Los músculos entrenados se recuperan con mayor rapidez y reduciendo el riesgo de problemas como la incontinencia urinaria.
Para el bebé:
- Mayor crecimiento y desarrollo normal.
- Aumento del flujo sanguíneo: proporcionando más oxígeno y nutrientes al feto durante el desarrollo.
El ejercicio durante el embarazo, llevado a cabo bajo supervisión médica, es una herramienta poderosa para promover la salud tanto de la madre como del bebé.
Recomendaciones para una práctica segura
Aquí hay algunas recomendaciones clave para que el ejercicio durante el embarazo sea seguro y beneficioso:
Antes de empezar:
- Consulta médica obligatoria: Un chequeo médico completo es esencial para evaluar tu salud, detectar posibles riesgos y determinar la intensidad adecuada del ejercicio.
Durante el ejercicio:
- Hidratarse adecuadamente: Bebe agua regularmente antes, durante y después del ejercicio.
- Vestimenta cómoda : Opta por ropa holgada que permita la movilidad y evite prendas ajustadas que restrinjan la circulación.
- Escucha a tu cuerpo: Detente si sientes dolor, fatiga excesiva o cualquier molestia inusual. El descanso es tan importante como el ejercicio durante el embarazo.
- Evita ejercicios de alto impacto: Las actividades como correr o deportes con muchos saltos pueden ser riesgosas durante el embarazo, opta por caminar a paso moderado, nadar o yoga prenatal bajo supervisión.
- Mantén una temperatura corporal adecuada: Evita el ejercicio en climas muy calurosos o hacer esfuerzos excesivos en ambientes cerrados sin ventilación.
Post-ejercicio:
- Tómate tiempo para estirar tus músculos suavemente para evitar dolores y rigideces.
- Descansa lo suficiente.
Otras recomendaciones:
- Calienta adecuadamente: Realiza una breve rutina de calentamiento antes de cada sesión de ejercicio para preparar tus músculos para la actividad.
- Ejercicios específicos prenatal: Busca clases o programas diseñados específicamente para embarazadas que tengan en cuenta las modificaciones necesarias durante el embarazo.
- Aumentar gradualmente la intensidad: No te excedas al inicio del programa, aumenta el tiempo, intensidad y duración de los ejercicios poco a poco a medida que te sientas más cómoda.
Recuerda:
- La seguridad es primordial. Comunica cualquier molestia o cambio en tu cuerpo a tu médico.
- El ejercicio durante el embarazo debe ser una experiencia positiva y disfrutable.
Conclusión
El ejercicio físico durante el embarazo, bajo supervisión médica y con un programa adaptado, ofrece múltiples beneficios tanto para la madre como para el bebé. Es crucial escuchar a tu cuerpo, respetar sus límites y adaptar las actividades a tu condición física individual. Busca la asesoría de profesionales cualificados para garantizar una experiencia segura y positiva.
Recuerda que cada embarazo es único, así que consulta con tu médico para recibir recomendaciones personalizadas y aprovecha al máximo los beneficios del movimiento durante esta etapa tan especial de tu vida.